La limpieza facial es un hábito ayudar que debemos realizar para mantener nuestro cutis sano y limpio. Un limpiador facial es sinónimo de una piel joven, bonita, radiante y sana. Si no lo haces correctamente la limpieza, todo lo que hagas después pierde su efecto. Es indispensable definir tu tipo de piel y probar formatos y texturas de limpiadores para tu piel. Una limpieza inadecuada de la piel de nuestro rostro puede provocar la aparición de problemas en el cutis o agravar los ya existentes. Por eso a continuación te contamos cómo aplicar el limpiador facial de forma efectiva.
Usar limpiador facial dos veces por día

Una rutina de limpieza de piel, con los productos adecuados, es suficiente para mantener una piel sana. Se recomienda hacerlo por las mañanas para eliminar las células muertas y aumentar la circulación en tu rostro. Por la noche, debes eliminar los restos de maquillaje o de suciedad. Es importante que tengas en cuenta la temperatura del agua que aplicas sobre tu rostro, ya sea por las mañanas o por las noches, independientemente del tipo de piel o clima. Expertos recomiendan hacerlo con agua templada, así evitarás la resequedad, irritación y enrojecimiento de tu piel.
Aplicar el limpiador facial de manera correcta

Debes aplicarlo siempre con movimientos circulares y hacia arriba con los dedos. Así mantendrás la certeza que el producto limpiador haga un trabajo profundo en tu piel antes de aplicar la crema o el tónico. Si tienes piel seca o madura debes usar limpiadores con ingredientes humectantes (avena, manteca de karité, aceite de oliva, aceite de almendras, aceite de semilla de girasol, aceite de semilla de arándano, etc.). En cambio, sí es mixta o grasa, limpiadores con ingredientes astringentes (extractos de té verde, toronja, romero, lavanda, menta, hammamelis, limón, etc.) que dejen la piel mate sin llegar a resecarla.
Limpiador facial para pieles sensibles

Las pieles sensibles reaccionan mal ante jabones y productos con alcohol o aromas. También pueden sufrir irritaciones al contacto frecuente con el agua. Por lo tanto, el agua termal o el agua micelar es una solución innovadora de limpieza facial formulada a base de unas moléculas llamadas micelas que actúan como imanes ante la suciedad y el sebo. Este tipo de agua resulta beneficiosa tanto a pieles mixtas como a sensibles porque además de limpiar, cierra poros y deja un acabado mate, todo ello sin afectar a la hidratación.
Leche limpiadora Vs. Gel

La leche limpiadora es más favorable para pieles menos sensibles o sin exceso de grasa. Se recomienda retirarla completamente con agua templada con una toalla especial para el rostro o algodón. Las ventajas de usar una leche limpiadora es que nutre la piel mientras la limpia. Sin embargo, no es recomendable para pieles mixtas ni para las pieles grasas, ya que puede alterar la producción de sebo en la piel y aportar esos brillos indeseados. Por su parte, el gel es más de uso en pieles grasas o mixtas, al ser más ligero y dar la sensación de frescura y limpieza. Aplícalo sobre el rostro húmedo, envuélvelo sobre masajes circulares, retíralo con abundante agua y sécalo con una toalla o paño húmedo.
Evitar las toallitas desmaquillantes

Las toallas desmaquillantes son un producto fácil de llevar en el bolso y de usar durante una emergencia o sobre todo cuando llegamos a casa cansadas después de un día muy ajetreado. Sin embargo, no podemos considerarlas como un limpiador facial. Estas retiran parcialmente el maquillaje y tienen un contenido considerable de ingredientes químicos, a diferencia del agua micelar o de los limpiadores faciales. Es muy importante que te laves la cara con agua después de utilizarlas, ya que quedan residuos que pueden llegar a irritar o secar la piel.
El tónico como limpiador facial

El tónico es parte del kit de cuidado de la piel básico. Ayuda a eliminar la suciedad o los restos más profundos de maquillaje que el limpiador facial no resolvió en su momento. Además, el tónico equilibra el pH de la piel y cierra los poros. Si lo aplicas es mejor que sea por la noche y con pañuelos o algodón desmaquillante. El tónico es beneficioso en todo tipo de pieles y se debe aplicar dos veces al día, después del limpiador y antes de cualquier tratamiento facial.
Herramientas electrónicas

En los últimos años, los cepillos eléctricos de limpieza facial han inundado la industria cosmética. No obstante, debemos saber cuál funciona y cuál no según el tono y tipo de piel que tengamos en nuestro rostro. Si tienes, por ejemplo, una piel grasa o mixta, es mejor usar un cepillo sónico facial que purifica la piel de manera no invasiva, dejando la piel más suave y luminosa. El dispositivo más exitoso en este sentido es el famoso Foreo Luna, el cepillo facial que combina limpieza y cuidado antiedad.
El método coreano como limpiador facial

Se trata de dos métodos que llegan directos desde Corea del Sur y que están pensados para que los limpiadores resulten más efectivos a la hora de retirar las impurezas del rostro. Se llaman el «método de los dos dedos» y el «método de los dedos muertos», dos técnicas cuyo objetivo es evitar tocar en exceso nuestra piel para que sea el producto quien actúe directamente en ella. El primero consiste en escoger un limpiador facial que vaya acorde a tu tipo de piel y pon un poco de producto sobre el rostro. Ahora, con ayuda del dedo anular y ejerciendo un poco de presión, aplícalo por toda la cara. El segundo método se realiza una vez hayas extendido todo el limpiador por tu rostro gracias a la técnica anterior, sin ejercer presión, utiliza todos los dedos de la mano, menos el pulgar, para terminar de aplicar el producto.