Croissant casero: así lo haces en casa con poquísimas calorías

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Nada más tentador que un croissant recién horneado, calentito y con un aroma que seduce a todos. Este pan de masa delicada, aroma sutil y consistencia suave, es uno de los favoritos para desayunar o para merendar acompañando con un café. 

Si bien, es uno de los panecillos favoritos, lo cierto es que su elaboración con grandes cantidades de mantequilla lo convierten en un pecado excesivamente calórico. Al consumir un croissant, aportas a tu organismo de 500 calorías, de las cuales 300, provienen directamente de la grasa.

La noticia alentadora es que no tienes que despedirte para siempre de este rico panecillo; basta con reemplazar algunos ingredientes y tendrás todo un deleite con menos calorías. Anímate a prepararlo y quedarás enamorado.

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La delicia del croissant empañada por su escaso aporte nutricional

horneado

Comer un delicioso croissant al menos una vez, no representa ningún riesgo para tu salud. Y de hecho, es uno de los placeres que puedes darte de manera muy ocasional. El problema surge cuando su consumo se convierte en algo habitual; lo cual, es algo muy probable considerando lo rico de su sabor.

Este rico producto de bollería tiene excesivas grasas saturadas y colesterol y es uno de los alimentos que debes evitar si tienes sobrepeso. Por su escaso aporte nutricional, puede ocasionar diabetes, síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares.

      

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