La pandemia mundial del Covid-19 está suponiendo un verdadero reto para la humanidad. Hace un par de años nadie se podía imaginar que íbamos a estar viviendo algo tan cercano a las series apocalípticas. Ahora parece que, a falta de haber encontrado un tratamiento adecuado que venza el virus, con las vacunas podremos mantenerlo a raya. Sin embargo, el recorrido de las vacunas para llegar a poder ser utilizadas sobre la población también es tortuoso y no todas las investigaciones han llegado a buen puerto.
Muchas vacunas diferentes para vencer al Covid-19

A todos nos suenan los nombres de las vacunas que se están utilizando ahora mismo en territorio europeo Pffizer, Moderna, Janssen, AstraZeneca. Y además de esas existen otras cuatro que están aprobadas para usarse de modo completo como pueden ser la rusa Sputnik V y la CanSino china. También existen algunas otras de uso limitado.
El New York Times trabaja con un rastreador de vacunas que puede consultarse en internet, Según él en estos momento existen 89 vacunas que se encuentran en las fases 1 y 2 de estudios de seguridad en humanos. Y otras 23 vacunas que se encuentran en la fase 3 de experimentación.
No todas las vacunas llegan a poder aplicarse en la población

Debemos partir de la base que, normalmente solo 7 de cada 100 vacunas que se desarrollan en los laboratorios y se prueban en animales se consideran aptas para pasar a la fase de experimentación en humanos. Y de las que llegan a los ensayos clínicos, solo una de cada cinco resulta realmente válida. Está claro que desarrollar muchas vacunas diferentes supone contar con más posibilidades de que algunas resulten verdaderamente eficaces.
Una de las ventajas que ha supuesto la pandemia ha sido el avance de la investigación en las vacunas de ácido nucleico. De hecho, antes del Covid-19, ninguna de las vacunas basadas en esta metodología había llegado a ser aprobada para utilizarse en humanos. Aunque algunas sí se encontraban en la fase de experimentación con personas. La gravedad de la situación ha supuesto que se diera prioridad a este tipo de experimentación y que se diera una aprobación de urgencia a las vacunas de ARNm contra la Covid-19.
Existen otras 3 vacunas contra el Covid-19 basadas en la tecnología ARNm

A días de hoy, entre las 23 vacunas que se encuentran en la tercera fase de experimentación, existen tres que se basan en la tecnología de ARNm, son la alemana CureVac, la india Zydus Cadila y la AnGes desarrollada en la Universidad de Osaka de Japón.
De uso más polémico están resultando las vacunas basadas en virus inactivados como son las de AstraZeneca o Janssen a raíz de los efectos secundarios raros que implican la aparición de peligrosos trombos. Aún así su eficacia en estos momentos está asumida,
Más de 200 estudios diferentes buscaban una vacuna contra el Covid-19

Llegaron a ser 200 los estudios que se iniciaron en el 2020 para desarrollar vacunas contra el Covid-19, pero claro está algunos se han quedado por el camino por no cumplir con los requisitos que implican los diferentes ensayos clínicos. Uno de ellos fue el estudio que llevaron a cabo de manera conjunta la Universidad de Queensland y la compañía Commonwealth Serum Laboratories de Australia, habían invertido la impresionante suma de mil millones de dólares. Pero a finales del 2020 tuvieron que admitir que habían perdido la batalla.
Y es que su proyecto no conseguía inmunizar contra el Covid-19 y para colmo causaba falsos positivos en VIH. Lo que se dice un fiasco.
Los dos intentos fallidos de vacuna anti Covid-19 de la farmacéutica Merck

La farmacéutica alemana Merck realizaba experimentos para lograr una vacuna en forma de píldora, pero a finales del 2021, también tuvo que admitir que el experimento era fallido. Habían colaborado con la IAVI (Iniciativa Internacional de vacunas contra el SIDA). Parece que la vacuna en este caso era totalmente segura, pero muy poco efectiva, generaba menos anticuerpos que los de las personas infectadas por el Covid-19. En ese caso la inversión había sido de 40 millones de dólares.
La farmacéutica Merck llevaba otro proyecto paralelo, en este caso en colaboración con su filial Themis Bioscience y el Instituto Pasteur de Francia. Al igual que les pasó en el caso anterior lograron una vacuna segura pero muy poco eficiente, ya que los anticuerpos que se generaban con la inyección no lograban proteger al organismo.
La vacuna sin agujas contra el Covid-19 que nunca llegó

También los ingleses tuvieron que renunciar a uno de sus proyectos en enero del 2021. El Imperial College de Londres quería conseguir una vacuna “sin agujas” y que además sería muy resistente a la temperatura exterior, podría aguantar hasta 40 grados. En este caso los científicos no explicaron claramente dónde estribaba el fallo, se limitaron a comentar que no tenía sentido seguir cuando estaba claro que la vacuna de AstraZeneca estaba yendo tan bien. Lo cierto es que no lograron superar la fase 1 de los ensayos.
A pesar de los errores, que también sirven para conseguir información que permita avanzar en la lucha contra el virus parece que las farmacéuticas asentadas en grandes potencias como la U.E., China, Rusia, o los Estados Unidos son las que han logrado las vacunas contra el Covid-19.
Los intereses políticos en la carrera por las vacunas contra el Covid-19

La carrera para conseguir la vacuna contra la Covid-19 ha puesto de relieve los intereses políticos que también se esconden tras ello. Lawrence Gostin, profesor de leyes de salud global de la Universidad de Georgetown, de Estados Unidos lo explica así: «La razón por la que la vacuna contra la covid-19 ha adquirido tanto simbolismo político es porque las superpotencias ven a la vacuna como una proyección de sus habilidades científicas, con lo que en realidad estarían validando como superiores sus sistemas políticos«.
La posibilidad de que en algunos casos se hayan buscado atajos no es descartable. Thomas Bollyky, director del programa de salud global del Council on Foreign Relations, un centro de estudios estadounidense.dice que: «No es difícil desarrollar una vacuna. Lo difícil es probar que la vacuna es segura y efectiva. Y si los países están solo interesados en lo primero, podrían estar acortando sus métodos«.
Está claro que las vacunas son la única solución a esta crisis mundial, pero los ciudadanos deberíamos implicarnos y pedir transparencia en lo que se refiere tanto a las investigaciones científicas como en las decisiones políticas.