Roscos fritos: así se hacen caseros iguales a los de tu abuela

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Los roscos fritos, también conocidos como roscos de semana santa; forman parte del menú de postres más tradicionales, esos cuyas recetas son transmitidas de generación en generación. Su masa frita, crujiente y cubierta de azúcar con un centro esponjoso y con ligero aroma de anís, los convierte en los compañeros perfectos para una tarde fría junto a un café. Y aunque se les llama de semana santa porque generalmente se preparan en la cuaresma, la verdad es que puedes disfrutarlos cuando quieras con la receta tradicional de la abuela.

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¿Por qué se llaman Roscos de Semana Santa? 

Roscos fritos: así se hacen caseros iguales a los de tu abuela
Foto: Pixabay

Los roscos fritos se hicieron populares durante la semana santa para no contrariar las normas religiosas de la época. En vista de la prohibición del consumo de carnes y por los ayunos impuestos de solo una comida al día durante toda la semana y del ayuno completo los días viernes, los cristianos aprovechaban los aportes calóricos de estos sabrosos dulces.

Los roscos fritos les proporcionaban energía suficiente para poder soportar tales restricciones alimentarias de la temporada gracias a su alto aporte de energía y permitían sobrellevar de mejor manera los días de penitencia religiosa.