martes, 16 abril 2024 18:31

La selección de España: los datos positivos que dejó el duelo ante Italia

-

La Eurocopa 2020 llegó a su fin para el combinado de España; esto debido a que cayó en los penales ante la selección de Italia y con eso perdió la oportunidad de llegar a la gran final, que se disputará en Wembley el próximo 11 de julio. Las expectativas eran altas para un grupo que en un principio no había generado nada de ilusión, más que todo por la convocatoria y por la actitud de Luis Enrique; no obstante, poco a poco fue demostrando que a pesar de los errores lucharían hasta el final y al menos eso era los que muchos pedían a la selección. En los últimos años, los grandes torneos ya no eran motivo de alegría y este grupo con todas esas carencias y errores, logró devolver la esperanza; más aún tras ver el partidazo que hicieron ante el conjunto azzurro.

Parece difícil de creer, pero precisamente en el último choque y ante el rival que mejor fútbol estaba desarrollando en todo el torneo, España decidió levantarse y jugar su mejor partido. Al control insulso y sin sentido, muy del estilo Barça de los últimos tiempos, al fin le agregaron esa sensación de peligro que tanto se extrañaba. Y es que no solo tener la posesión y mover el balón de un lado a otro lo que te dice que dominas; porque este equipo incluso creó menos ocasiones claras que en otros choques, pero esa sensación de dominio si que fue distinta. Los de Luis Enrique fueron muy superiores y pese a la dolorosa derrota hay aspectos positivos que se pueden sacar para tener en cuenta de cara al futuro.

Dani Olmo y Morata sobresalieron en el juego

Dani Olmo
Bonucci no supo descifrar al catalán

El plan de Luis Enrique fue brillante, pues el mediocampo de España se impuso de forma clara y superó de gran forma a Italia que no sabía que hacer para controlar al equipo español. Sin embargo, la genialidad de esta idea no hubiese funcionado tan bien sin un interprete crucial, ese que le tocó ocupar el rol de «falso 9» y moverse por todo el frente de ataque: Dani Olmo. Para el catalán fue un trabajo que parecía difícil, pero lo hizo ver tan sencillo que impresionó a propios y extraños. Se movió con gracia e inteligencia; no desperdició energía en ningún momento; se hizo indescifrable para una defensa italiana que nunca pudo pararlo; nunca se cansó de generar ataque y se erigió como punto de referencia de sus compañeros, algo que en el segundo tiempo Álvaro Morata aprovecharía muy bien.

Precisamente en la segunda parte es que apareció el atacante madrileño que se sobrepuso como la otra figura del choque; porque a pesar de salir desde el banco, Morata cambió las señas del partido y se volvió el faro que guió a sus compañeros para atacar. Sus embestidas fueron bien recibidas y que entrara enchufado fue de mucha utilidad para una España a la que le hizo bien toda su movilidad. Ya en la enésima corrida que hizo, el atacante pudo entrar por el centro, tocar bien con esa maquina de generar juego en la que se transformo Dani Olmo para hacer una pared que luego transformó en gol. Para Morata si que fue una especie de redención y aunque al final no se pudo ganar; esa voracidad y ese nivel de juego es el que debería quedar grabado en su mente para jugar con la selección.