A la hora de comer unas costillas, pocos placeres en la vida se comparan con el que se experimenta al de poder saborear en cada bocado, la carne más jugosa y tierna sin necesidad de halar y luchar para desprenderla del hueso.
Mientras que la peor experiencia es tener que luchar para despegar del hueso el trozo de carne que se desea degustar; y peor aún resulta, cuando la carne que finalmente degustas es dura y seca. Si quieres disfrutar de una textura exquisita, una jugosidad alucinante y una consistencia perfecta que se desprende sola para que puedas comerla, tienes que mirar lo que voy a contarte para que puedas lograrla.
El truco para lograr que la carne de las costillas quede jugosa, tierna y se desprenda del hueso sin esfuerzo
Cuando se busca un resultado perfecto en la cocción de la carne de las costillas, lo primero que debes saber es que la paciencia será el mejor aliado que puedas tener. Cuando la cocción se hace lentamente y a temperatura correcta, el resultado será una carne perfectamente cocida y que se desprenderá sola del hueso.
Para disfrutarlas aún mejor y deleitarte con su suavidad y jugosidad, presta a tención a las indicaciones que te daré. Prepara la mesa y disfruta de las mejores costillas que degustaras en tu vida.

Comienza por atemperar la carne
Retira la carne de la nevera entre 30 minutos a una hora de anticipación a su cocción. Es necesario que las costillas se encuentren a temperatura ambiente antes de introducirlas al horno.
Si llevas al horno unas costillas frías, lo que sucederá será que la parte externa se cocinará más rápido que el interior, quedando una cocción muy seca en su superficie y mal cocida por dentro.
¿Quieres costillas tiernas? Retira la membrana posterior

Dependiendo del sitio en el que las hayas comprado, es posible que las costillas aun tengan la membrana posterior que luce de un color parecido al plateado. Para que resulten realmente tiernas, debes retirar esta membrana. Esta, evita que los sabores penetren bien la carne y además es dura y desagradable de masticar. Para hacerlo sigue los siguientes pasos:
Coloca las costillas con la carne pegada a la mesa o tabla de cortar. Localiza la delgada membrana que cubre el costillar. Desliza suavemente un cuchillo pequeño debajo de la membrana y luego con tus dedos tira de la membrana hasta arrancarla completamente. En caso de que se resbale de tus manos, puedes ayudarte con un paño limpio.
Precalienta el horno

Como te he comentado, para lograr que las costillas queden bien jugosas y hacer que su carne se desprenda de los huesos, debe usarse una temperatura de cocción suave y distribuida de manera uniforme en el transcurso de las primeras horas.
En caso de usar un ahumador o parrilla y tener los conocimientos para hacerlo, esto sería pan comido, pero como estamos aprendiendo, lo mejor es usar el horno y tener un resultado ‘10’. Precalienta el horno a 120° C mientras vas marinando y dando sabor a la carne.
Prepara una marinada seca

Una marinada seca contribuirá a mantener los jugos dentro de la carne. Te sugiero utilizar una que contenga azúcar y sal, para que la combinación de ambas retengan humedad, lo cual es primordial para que la carne de las costillas se desprenda del hueso.
Te sugiero esta marinada seca que dará una terminación fantástica: 2 cucharadas de sal, 1 cucharada de paprika ahumada, 1 cucharada de chile en polvo, ½ cucharada de azúcar morena, ½ cucharada de comino molido, ½ cucharada de cilantro en polvo, ½ cucharada de ajo en polvo y una cucharadita de pimienta negra molida.
Prepara las costillas de la forma correcta para que mantengan la humedad

Toma las costillas e imprégnalas muy bien con la marinada seca. Es importante que queden perfectamente impregnadas. Una vez hecho esto, corta un pedazo de papel de aluminio de tamaño grande y coloca las costillas encima.
La intención es crear una especie de bolsa con papel de aluminio para las costillas, pero sin cerrarla completamente en la parte superior. No cierres aún el papel por completo para que puedas añadir el ingrediente mágico que las hará definitivamente desprenderse del hueso.
El toque mágico para lograr que la carne se desprenda del hueso

Cuando tengas las costillas dentro del sobre de papel de aluminio, vierte en su interior 3 cucharadas de vinagre de manzana o el zumo de ½ limón.
La función de estos componentes ácidos es aportar algo de líquido que contribuirá a que se forme vapor dentro del sobre ayudando a que la carne se conserve húmeda durante el proceso de cocción. Por otro lado, ablandará la carne más rápido, logrando descomponer el tejido duro y haciendo que se desprenda el hueso.
Aprende a preparar tú mismo en casa el mejor vinagre de manzana.
Lleva al horno para la primera cocción

Para esta primera cocción, cierra el papel de aluminio dejando solo una pequeña abertura para el vapor y cocina las costillas por un tiempo de 2 horas.
Durante el proceso de cocción evita abrir el horno y mucho menos abras el papel de aluminio, ya que, el vapor que se produce dentro es necesario para hacer que la carne se desprenda y lograr unas costillas tiernas y jugosas.
No apagues el horno

Una vez transcurridas las dos horas de cocción, retira las costillas del horno y con sumo cuidado escurre el líquido que se liberó. Conserva este líquido en un envase y desecha el papel de aluminio. No apagues el horno, pues falta dar la cocción final.
Sube la temperatura a 260° C solo si las costillas están tiernas, para comprobarlo intenta introducir un palillo. Si todavía está un poco dura, llévalas nuevamente al horno con la carne hacia arriba y cocina hasta que estén bien tiernas.
Termina la cocción de las costillas

Una vez que las costillas estén tiernas y hayas subido la temperatura del horno a 260° C, mueve la rejilla a la parte superior del mismo. Utiliza la salsa barbacoa de tu preferencia o prepara una casera, y mézclala con los jugos liberados durante la cocción y que tenías reservados.
Cubre completamente las costillas con la mezcla de salsa barbacoa e introdúcelas nuevamente en el horno por 15 a 20 minutos más. Estarán perfectas cuando luzcan doradas y crujientes; y lo mejor de todo, comprobarás como la carne se desprende sin esfuerzo mientras disfrutas de todo su sabor y jugosidad.