Por años se ha tratado de reducir el consumo de tabaco y los gobiernos de todo el mundo han lanzado campañas masivas explicando los peligros contra la salud, parecía que la batalla estaba llegando a su fin, con un claro perdedor: el tabaco. Sin embargo, a raíz de la aparición del cigarrillo electrónico surgió una duda y es que si es o no mejor que el tabaco tradicional.
Hoy vamos a responder a esta complicada pregunta, para entender si el cigarrillo electrónico es tan sano como se piensa.
La industria del tabaco

A lo largo de los años, la industria del tabaco ha intentado encontrar formas de hacer que el consumo de cigarrillos sea menos peligroso, por ejemplo han agregado de filtros y la comercialización de cigarrillos “suaves”, pero todo fue una ilusión de reducir el daño. Éxitos de comercialización que en realidad no redujeron el daño a los consumidores. Hoy los cigarrillos electrónicos y el vapeo han ganado reputación como una forma más segura de consumir nicotina. La nicotina es el ingrediente activo del tabaco, es responsable de sus efectos placenteros y es una de las sustancias más adictivas conocidas.
El vapeo de cigarrillos electrónicos

Pocas cosas son tan peligrosas como fumar un cigarrillo tradicional. Los cigarrillos causan la muerte en dos de cada tres usuarios a largo plazo. Si se comparan con los cigarrillos electrónicos, es probable que éstos sean menos peligrosos por unidad, pero este dato estadístico no significa que el vapeo sea completamente seguro o saludable.
Cómo funcionan los cigarrillos electrónicos

Cuando se inhala el humo de un cigarrillo, se lleva la nicotina y otras sustancias químicas a los pulmones, estas sustancias químicas entran en el torrente sanguíneo y luego viajan rápidamente al cerebro. El vapeo sigue la misma ruta, pero que en lugar de quemar hojas de tabaco para liberar la nicotina, los cigarrillos electrónicos usan baterías para calentar el líquido que contiene la nicotina y convertirlo en un aerosol, este aerosol transporta la nicotina y algunas otras sustancias químicas a los pulmones, al torrente sanguíneo, y luego al cerebro. El suministro rápido de altos niveles de nicotina al cerebro es lo que crea la adicción. Sin importar del dispositivo, las personas pueden volverse tan adictas al vapeo como al tabaquismo.
Micropartículas

Como puedes ver tanto el vapear como el fumar pueden introducir sustancias además de la nicotina a tu torrente sanguíneo, incluidas partículas ultrafinas como metales pesados, compuestos orgánicos volátiles y otras sustancias químicas cancerígenas. Sin embargo, los niveles de estos tóxicos suelen ser mucho más bajos con el vapeo que con el tabaquismo. Por este motivo, el cambio completo al vapeo debería resultar menos perjudicial. Sin embargo, el uso doble no proporciona ningún beneficio para la salud.
Por otro lado la adopción del vapeo por parte de los jóvenes que de otro modo no fumarían cigarrillos es un grave problema de salud pública, porque más adolescentes en los Estados Unidos están exponiendo su cerebro a más nicotina que en años anteriores.
Vapeo y menores de edad

Hoy más de 8 de cada 10 adolescentes declaran consumir cigarrillos electrónicos usando el cigarrillo sin sabor a tabaco. Estos sabores contribuyen a la popularidad de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC).
El peligro de los sabores artificiales

Se ha demostrado que varios de los productos químicos utilizados para crear ciertos sabores como el pulegone (menta) y el diacetil (sabor cremoso) dañan las células de los pulmones. Aunque estos productos tienen la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos ( FDA) para usarse en otros productos de consumo, pueden tener efectos nocivos cuando se calientan y se inhalan repetidamente en los pulmones. El vapeo puede dañar de forma permanente en las vías respiratorias.
Efectos a largo plazo

Los efectos documentados del vapeo de nicotina incluyen tos crónica, bronquitis, exacerbación del asma y neumonía, sin embargo los cigarrillos electrónicos no tienen la antigüedad suficiente como para que los investigadores investiguen los riesgos a largo plazo.
La variabilidad y la falta de conocimiento sobre sus efectos se debe a la forma en que los cigarrillos electrónicos entraron en el mercado estadounidense y, hasta la fecha, no se han regulado en gran medida.
El engaño de los cigarrillos electrónicos

Un tribunal determinó que los cigarrillos electrónicos son productos de tabaco y decidió que podían venderse en el mercado abierto siempre y cuando las empresas no podían afirmar que ayudaban a las personas a dejar de fumar. Las empresas fueron creativas y comercializaron sus productos como dispositivos “de cambio” . Con la falta de regulación, se desarrollaron y vendieron miles de líneas de productos diferentes, que varían enormemente, dependiendo en la potencia de la batería, los sabores, los niveles de nicotina y otros componentes.
Vapeo de otras sustancias

Los dispositivos de cigarrillos electrónicos se suelen usar para vapear otras sustancias, incluido el cannabis y otros fármacos, pero se sabe incluso menos sobre esos efectos sobre la salud, pero pueden ser más graves, por ejemplo algunos líquidos para vapeo de cannabis contienen acetato de vitamina E, que está relacionada con enfermedades pulmonares que dieron lugar a una serie de hospitalizaciones y muertes a finales de 2019.
Cigarrillos electrónicos y adolecentes

Las empresas de cigarrillos electrónicos también han continuado sus esfuerzos de marketing en los adolescentes y jóvenes. Han impulsado un aumento del número de adolescentes expuestos a la nicotina, ya que publicitan fuertemente en la televisión y crean sabores para niños en productos con alto contenido de nicotina.