El inversor, acorralado: la crisis financiera hace que ni los fondos ni letras sean seguros

Lo que muchos vaticinaban y les tildaban de exagerados, han acertado. A pesar de ciertos datos y señales que parecían indicar que no era para tanto y que no habría recesión o crisis económica, todo parece acelerarse, y es ahora el inversor el que tiene miedo, sobre todo el pequeño. Al pánico a la inflación y por tanto al consumo, se suma el del ahorro y la inversión, incluso en los conservadores fondos. ¿Qué hacer entonces?

Ya no hay colas en el Banco de España para comprar letras. Con la inflación el dinero sigue perdiendo valor. En definitiva, las políticas monetarias expansivas de Europa y de Occidente en general ahora muestran su cara amarga. Lo peor es que esas voces pesimistas que ahora parecen decir «lo avisé», también advierten de lo peor: que todo esto está planeado para ese reseteo económico que ni parecen ocultar.

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EL BCE Y SUS PLANES AL MARGEN DE LA CRISIS

Una prueba fue una entrevista a la Presidente del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, donde reconocía abierta y fríamente los planes europeos sobre las finanzas y sobre todo la nueva moneda digital europea. Todo parece adelantarse en ese plan de ir acabando con el dinero físico. Marc Vidal, en su canal de YouTube, mostraba el vídeo que no aparece en los medios de comunicación, donde Lagarde reconoce que el 23 de octubre se decidirá la implantación del euro digital, y que estaban «preparando el terreno». «Dependemos del gas de un país poco amistoso» añadió, y «no quiero que Europa depende de la moneda de un país hostil». ¿Qué sentido tendrán entonces los bancos, al menos los pequeños y medios?

el bce está «preparando el terreno» para el euro digital y un nuevo paradigma

Por de pronto, ya han comenzado a caer, como pasó con el Silicon Bank o el otrora prestigioso Credit Suisse. Pero lo peor de todo es que muchos economistas y analistas han advertido que no serán los últimos, aunque como siempre, el sistema nunca caerá del todo, simplemente se reseteará, como siempre a costa del consumidor y pequeño inversor. La razón es que estos bancos colapsados y otros muchos en dificultades tienen muchas posiciones y activos en todo tipo de fondos, con lo que este modelo de inversión que es el adalid de la seguridad y del conservadurismo inversor, también comienza a ser un «deporte de riesgo»

Por todo ello los ojos han vuelto a ponerse en los dos valores refugio por excelencia: uno con miles de años a sus espaldas (el oro) y otro con pocos pero intensos años y recuperándose tras su gran bajón (el Bitcoin). Los más avezados para unos, o arriesgados para otros, claman ahora por proteger el dinero en el dorado metal y en la que, ahora más que nunca, ven o vuelven a ver como moneda alternativa contra las digitales oficiales que emitirán los países. Será una especie de lucha de bloques, como parece pasará en lo geopolítico. De hecho, una es causa y consecuencia de la otra.

Fondos Credit Suisse

LA CRISIS DE FONDOS EN DATOS

Es cierto que las bolsas no acaban de hundirse, y tras bajones puntuales enseguida se recuperan, en un falso optimismo a que esto será pasajero, mientras que aquellos que avisaron de una recesión, también tienen claro que será no intensa pero larga y agotadora, hasta que el nuevo modelo se implante.

De cualquier forma, todo ello ha afectado profundamente a los fondos, a pesar de la inyección que suponía la subida de tipos de interés. Según datos de Morningstar, los fondos españoles de renta variable con al menos un 30% de su cartera expuesta al sector financiero pasaron de ganar un 10,5% de media en el año a un 2,6%, es decir, descontando la inflación, perdiendo dinero.

El pánico va cundiendo, a pesar de que los gestores de esos fondos y otros analistas o políticos insisten en que, aun habiendo crisis y recesión, no será ni mucho menos como la de 2008. El otro «bando» pesimista coincide en que no será como la última gran crisis, porque será peor, si bien por causas diferentes, con menos intensidad pero más larga y penosa.

Ante este panorama, lo que se pregunta el pequeño inversor es si al final lo mejor es dejar su dinero líquido en cuenta corriente o en efectivo en su casa, a pesar de que se lo vaya a comer una inflación que ha llegado para quedarse un buen tiempo; o bien la opción alternativa de refugio clásico en oro o disruptor en Bitcoin, o ambos. Sea como fuere, la incertidumbre y el miedo al futuro es el denominador común.