Los asistentes virtuales como Alexa se han convertido en grandes aliados domésticos. Sus múltiples funciones de información, gestión del hogar y reproducción de contenidos simplifican mucho las tareas cotidianas. Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alerta sobre un efecto secundario que a menudo pasamos por alto: su consumo eléctrico continuo. La OCU, garante de los derechos y la seguridad de los consumidores, recuerda que tener activados permanentemente dispositivos como altavoces inteligentes puede engordar mucho nuestra factura de electricidad. Te contamos todos los detalles al respecto.
¿Qué es la OCU?

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) es una entidad independiente dedicada a informar, defender y proteger los derechos de los consumidores en España. Fundada en 1975, realiza constantes investigaciones y pruebas comparativas sobre productos y servicios, ofreciendo esta información de forma gratuita a la sociedad. Su labor ha sido decisiva para promover la transparencia empresarial y garantizar la equidad entre empresas y ciudadanos. Gracias a sus denuncias, estudios y propuestas legislativas, la OCU ha conseguido grandes avances en derechos y seguridad para los consumidores. Representando los intereses colectivos, lucha contra abusos y fraudes empresariales que perjudican a los usuarios.
Los fines de la OCU

Con sus publicaciones, la OCU orienta a los ciudadanos sobre compras responsables y decisiones informadas. Pero también trabaja para cambiar políticas e impulsar mejoras estructurales que aseguren un contexto de consumo más justo y sostenible en términos económicos y medioambientales. A continuación te contaremos que dice la OCU sobre dispositivos como Alexa y porque desaconseja su uso cotidiano. ¡No te lo pierdas!
Alexa y Google Home, dos grandes ayudantes conectados

Los altavoces inteligentes con asistentes de voz integrados se han convertido en auténticos mayordomos digitales en nuestros hogares. Marcas líderes como Amazon o Google comercializan estos dispositivos, conocidos como Alexa y Google Home respectivamente. Gracias a su conexión permanente y sus potentes sistemas de inteligencia artificial, permiten automatizar una amplia variedad de tareas antes manuales. Regular la calefacción, crear la lista de la compra, consultar el tiempo, leer las noticias o reproducir nuestra música favorita son solo algunos ejemplos.
Su versatilidad los ha convertido en imprescindibles en casa

La posibilidad de controlarlos mediante simples comandos de voz, sin necesidad de pulsadores, también ha contribuido a su éxito entre los consumidores. Se han vuelto tan intuitivos y útiles que muchas personas confiesan ya no poder prescindir de ellos. De hecho, cada vez más hogares españoles cuentan con un altavoz inteligente o asistente virtual. Según la consultora Canalys, en 2022 el mercado local de estos dispositivos creció un 53%. Se prevé que esta tendencia al alza continúe en los próximos años.
Su comodidad oculta un consumo eléctrico permanente

Acostumbrados a su eficiencia diaria, raramente reparamos en un aspecto clave de los asistentes virtuales: su conexión y activación constantes. Alexa, Google Home y similares deben estar encendidos durante todo el día para que podamos interactuar con ellos mediante voz. Precisamente, la OCU subraya que esta escucha y disponibilidad permanentes tienen un impacto directo en el consumo eléctrico. Aunque de forma silenciosa e imperceptible, nuestro altavoz inteligente gasta energía minuto a minuto.
Un solo dispositivo puede consumir entre 30 y 60 kWh anuales

Según los estudios de la Unión Europea, la media de consumo anual de los asistentes virtuales oscila entre las 30 y 60 kWh. Esto equivale, grosso modo, a lo que gastarían dos bombillas LED encendidas seis horas al día durante todo un año. Ahora bien, este gasto se multiplica de forma exponencial en los hogares con múltiples dispositivos conectados. Por ejemplo, una vivienda con cinco gadgets entre altavoces, electrodomésticos inteligentes y sistemas de domótica podría consumir fácilmente unos 250 kWh extra cada año.
Apagarlos cuando no se usen es básico para ahorrar

Ante esta situación, la OCU remarca la importancia de tomar medidas de ahorro energético también con nuestros asistentes virtuales y dispositivos conectados. Al fin y al cabo, si no los utilizamos activamente, no necesitan estar gastando electricidad constantemente. Un gesto tan sencillo como apagar por completo el altavoz cuando salgamos de casa o vayamos a dormir marcará una diferencia sustancial en nuestra factura eléctrica. Del mismo modo, activar modos de ahorro energético programados ayudará a reducir su consumo fantasma durante periodos prolongados sin uso directo.
Otros consejos: modo Eco y compatibilidad con LEDs eficientes

Más allá de su apagado manual cuando no se necesiten, desde la OCU recuerdan otros consejos útiles para mitigar el gasto de los asistentes virtuales. Por ejemplo, activar los modos Eco o de bajo consumo integrados en varios modelos. También, desde la OCU, recomiendan analizar bien su compatibilidad con sistemas de iluminación LED eficiente antes de vincularlos al control de voz. Esto garantizará que no se desaprovechen los ahorros en el área de la luz.
Su impacto crecerá con la expansión del Internet de las cosas

Mirando al futuro, la OCU prevé que la factura energética derivada de altavoces inteligentes y gadgets domóticos no hará más que aumentar. Conforme el Internet de las cosas se expanda, crecerán los dispositivos conectados de forma permanente en nuestros hogares. A nivel europeo, se estima que el gasto derivado de esta conectividad constante podría equivaler al consumo eléctrico actual de un país como Letonia. La clave estará en maximizar la eficiencia y aplicar medidas de ahorro en cada aparato.
Equilibrar comodidad y ahorro en los hogares inteligentes

En definitiva, la irrupción de asistentes virtuales y tecnologías inteligentes para el hogar es imparable. Pero no podemos ignorar su impacto continuado en el consumo eléctrico, cada vez más significativo. Como subraya la OCU, el reto está en encontrar el equilibrio entre las ventajas de comodidad y los requisitos de ahorro y costes. Con pequeños gestos y funciones optimizadas podemos contribuir mucho a este necesario equilibrio desde nuestras casas.