Hidrógeno verde: ¿una esperanza energética u otro ‘vendehumos’ del Gobierno?

Y lo de ‘vendehumos’ el hidrógeno verde puede ser literal, porque podría ser peor el remedio que la enfermedad. Al menos eso se ha criticado tras la escenificación hace unos días en Elche de lo que se vendió como gran acuerdo europeo para un corredor mediterráneo que transporte hidrógeno verde. En la foto aparecían el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el primer ministro de Portugal, António Costa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y como anfitrión, el presidente español, Pedro Sánchez.

La infraestructura de llama H2 Med y conectaría la Península Ibérica con Francia a través de unas tuberías nuevas que transportarían lo que califican el gas el futuro, otra de las esperanzas energéticas para abandonar los combustibles fósiles: el hidrógeno verde. Con un coste de 2.500 millones de euros, la mitad serían sufragados por la Unión Europea. Sánchez posaba orgulloso, en consonancia con la creencia de que es un acuerdo histórico que construirá la infraestructura gasista de hidrógeno más grande. Podría transportar el 10% de todo el hidrógeno verde que necesitaría la Unión Europea.

ESTIMACIONES SIN BASE O HIDRÓGENO VERDE COMO SOLUCIÓN

Ese 10% se basan en cálculos estimativos, teniendo en cuenta que el hidrógeno verde sea viable, rentable y se convierta en una energía importante dentro del total energético europeo y español. Pero también puede ser un fiasco, que a su vez intenta tapar el producido por el intento de incrementar la infraestructura de transporte de gas natural de gas fósil desde África hasta Francia a través de nuestro país y que Francia saboteó sistemáticamente, cuidando de sus intereses.

El canal de YouTube ‘JF Calero – El cascarón de nuez’ analiza esta iniciativa y la califica de «patochada» desde el punto de vista técnico. Considera que Europa se vuelve a hacer «trampas al solitario», construyendo infraestructuras que luego igual no sabremos qué hacer con ellas, al no tener un plan conjunto y sólido verdaderamente creíble.

eSPAÑA O ALEMANIA RENUNCIAN A LO NUCLEAR, MIENTRAS QUE FRANCIA APUESTA POR ELLA

La clave no es la energía que se consigue sino la que se puede almacenar para cubrir las necesidades y picos energéticos, sumado a la intermitencia de las renovables. Francia puede firmar un acuerdo así, pero sus políticas distan mucho de la de países como España o Alemania, que renuncian a la energía nuclear, mientras que los galos apuestan aún más por ella.

Acuerdo Hidrógeno Verde

LA PARADOJA DE LAS RENOVABLES Y DEL HIDRÓGENO

JF Calero deja claro que por muchos molinos de viento, paneles solares y tuberías para transportar hidrógeno tengamos, no cubriremos nunca ni de lejos el 100% de la demanda energética. Muchos puede «comprar» el argumento de las renovables, pero no la del hidrógeno verde, sobre todo si les cuentan que es el gas más abundante del universo (el 90% del observable), es liviano y con una gran capacidad energética: un kilo de hidrógeno equivale a unos 2 kilos y medio de metano o casi 3 kilos de gasolina.

El problema es la extrema ligereza del hidrógeno, 14 veces más que el aire, con lo que la mayor parte escapa de la gravedad de la Tierra. Por tanto, hay que ir a buscarlo al agua, lo que se llama el hidrógeno verde, para distinguirlo del que se puede sacar del gas natural (el proceso llamado reformado). Y para sacarlo del agua necesitamos la electrolisis o aplicación de electricidad en el agua. Parece sencillo y eficaz: una pureza alga y sin residuos. Parece perfecto, ¿no?

NO ES HIDRÓGENO VERDE TODO LO QUE RELUCE

O mejor dicho, energía limpia, que es lo que han vendido hace unos días en la cumbre y el acuerdo en Elche. El problema es la compresión que requiere el hidrógeno verde y su almacenamiento. Por ejemplo, en el caso de los coches, como señala JF Calero, para mover un Toyota hacen falta tres tanques de hidrógeno a 700 bares de presión, ocupando gran parte del vehículo y para poder recorrer apenas 400 km.

Pero es que realmente el hidrógeno o hidrógeno verde no es un combustible en si mismo, no se encuentra en yacimientos como el petróleo o el gas, sino que hay que crearlo, y para ello hay que emplear energía, y mucha, infraestructuras, etc. Todo ello contamina, con lo que el montante final puede ser peor que si usamos combustibles fósiles. Es lo que tiene ser un transportador de energía y no una fuente.

La cuestión es que para generar un kilogramo de hidrógeno verde hay que gastar mucha electricidad y agua, una paradoja o contradicción ecológica. No digamos la energía y electricidad extra para transportar ese hidrógeno entre zonas y países, debido a su complejo almacenamiento y transporte, que ha de hacerse en unas condiciones muy determinadas y costosas. Por no hablar de volverlo a procesar de nuevo en destino para poder ser usado como energía.

Image 155

LA CLAVE, LA TECNOLOGÍA

El acuerdo reciente, ¿es vender humo? Todo indica que si, al menos a corto y medio plazo, ya que no hay una tecnología adecuada y desarrollada para convertir el hidrógeno verde no ya en una fuente energética que cope parte del Hub, sino que contamine al final menos. Pasa algo similar con el reciente y exitoso experimento de fusión nuclear, esta sí una energía totalmente limpia que solo emite vapor de agua, pero a la que aún le quedan décadas para que sea viable industrial y socialmente.

Y todo ello por no hablar del enorme coste de construcción de las tuberías por las que transportar el hidrógeno verde, ya que no valen las «simples» de gasoductos, sino unas especiales que soporten la enorme presión que se requiere. En definitiva, esos planes del Gobierno en particular y de Europa en general de la Agenda 2030 es una utopía y sin duda seguiremos dependiendo mayoritariamente de los combustibles fósiles como el gas y el petróleo, y ya sabemos qué países y regímenes en la mayoría de ellos, imperan.