Las sanidades más eficientes de los países progresistas que el Gobierno ignora

Si en materia fiscal el Gobierno en general y Pedro Sánchez en particular, pone siempre de ejemplo a los países nórdicos, cuando la realidad es que son economías mucho más liberales de lo que parecen y con menor esfuerzo fiscal, algo parecido pasa con la sanidad, aunque en cierto sentido al revés. Y es que España siempre ha presumido de tener una de las mejores, si no la mejor, sanidad del mundo, cuando la realidad es que, estando en buenas posiciones, no figura entre las tops del mundo.

Y hay algo que más sangra a un gobierno progresista que aboga siempre por lo público: las mejores sanidades son en una gran mayoría un mix público-privado, y en países supuestamente modelo de lo público y del estado de bienestar.

Es irrefutable que la sanidad española y su modelo público es muchos casos envidiado por otros países como nada menos que la primera potencia mundial, Estados Unidos. Sin embargo, también hay un mito respecto a la atención médica allí, que se aleja bastante de lo reflejado en series y películas. Allí los enfermos o accidentados sin seguro no se les deja en la calle sin atender ni nada parecido. La mayoría de estadounidenses tienen un seguro más o menos completo, pero todos son atendidos si no cuentan con cobertura alguna.

No obstante, España, en comparación, está a años luz del sistema americano, que aquí podríamos considerar cruel y ultraliberal, pero al final no lo es tanto. En cambio, se piensa que, no ya en España, sino en países muy socialdemócratas como los nórdicos, la sanidad es universal, gratuita y de máxima eficiencia. Pues otro mito derribado que el Gobierno no parece querer ver: en países nada sospechosos como Suecia u Holanda, así como el resto de países del norte de Europa, la gestión público privada es la norma y no la excepción. Queremos parecernos a ellos en casi todo, pero en casi todo chocamos con paradojas económico-sociales.

COMO LOS DEL NORTE, PERO SIN HACER LO QUE ELLOS

Sería el resumen de lo que se dice sobre las bondades de los modelos de gestión, fiscal o social de los países nórdicos, y lo que supondría realmente imitarlos. De hecho, si un gobierno como el actual de izquierdas lo hiciera, iría en contra de todo lo que postula, aunque lo más grave es que en sus discursos hacen creer que por allí arriba hacen lo mismo, cuando es todo lo contrario. ¿Realmente nos imaginamos al PSOE implementando un sistema mixto sanitario en España, como pasa en esos países tan sociales? Ellos buscan la eficiencia por encima de todo y funciona. Los ciudadanos no lo cuestionan.

Veamos los datos según Health Consumer Powerhous: el ranking en Europa lo lidera Suiza, seguida de Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Bélgica, Finlandia, Luxemburgo, Suecia, Austria e Islandia. Y si, todas ellas con el sistema mixto en mayor o menor grado, y como vemos la mayoría de ellos ejemplos de estados del bienestar y de servicios públicos.

Sanidades

LAS LISTAS QUE RETRATAN AL GOBIERNO Y A LA SANIDAD ESPAÑOLA

Pero más allá de modelos y teoría, está la realidad, no solo en Europa si no en otros países del mundo. Si miramos los rankings, España no está entre las sanidades mejores del mundo. Y para más inri, las que copan los primeros puestos de casi todas las listas pertenecen a países de lo más liberales y con poca fama de sociales. Es cierto que España es un ejemplo en cuanto a resultados respecto al gasto global en sanidad. Sin embargo, en los países punteros sanitariamente hablando, es intolerable e imposible de encontrar listas de espera no ya de meses, sino de semanas o incluso días.

Muchos expertos sanitarios y profesionales del sector han clamado indignados que nos venden la sanidad española como puntera y ejemplo mundial, y nada más lejos de la realidad. De todas formas, actualmente cualquier gobierno español se puede escudar en que las competencias de Sanidad están cedidas casi en su totalidad (un 90% global) a las Comunidades Autónomas.

Pero con este dato también surgen «retratados» comparando datos entre ellas, dándose también paradojas de que Comunidades con menor gasto sanitario tengan mejores datos en eficiencia, listas de espera, atención primaria, etc. Así, hay Comunidades gobernadas por el PSOE que, supuestamente invirtiendo más en Sanidad, cuentan con una peor atención y eficacia. De nuevo todo ello nos lleva a los ejemplos nórdicos u otros más sangrantes que vamos a ver.

LOS MEJORES DE LA «CLASE» QUE RETRATAN AL GOBIERNO ESPAÑOL

Si hemos visto que los ejemplos nórdicos que defiende el Gobierno español, al entrar de verdad en su sistema, se sonrojarían y cambiarían de tema. Lo mismo pasa si tomamos como ejemplo a las mejores sanidades del mundo según Health Consumer Powerhous y Bloomberg, todas ellas con mayor o menor participación privada, algo como decíamos más que asumido por la población.

Según la primera, Noruega y Países Bajos repiten como las mejores del mundo, en este caso, seguidas de Australia, Reino Unido y Alemania. En la décima posición estaría incluso Estados Unidos, que se ve superado por Nueva Zelanda, Suecia, Francia, Suiza y Canadá; según Bloomberg, en cambio, Asia arrasa en el ranking, y en general lo hacen países adalides de la gestión privada: Singapur, Hong Kong, Taiwán, Corea del Sur, Israel, Irlanda, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y Japón tendrían las mejores sanidades del mundo. Y para los críticos esta lista, Bloomberg se centró en la esperanza de vida, el gasto sanitario expresado en porcentaje del PIB y el coste sanitario per cápita.

En cuanto a la atención médica, según la Organización Mundial de la Salud, atendiendo a factores como el equipo, el número de empleados, las quejas, las esperas…, estaría Corea del Sur, seguida de Japón y, eso sí, un país como Francia en tercera posición, la nación del mundo con mayor carga pública. Aquí España está mejor situada, en una quinta posición. Por tanto luces y sombras para una sanidad con muchas virtudes y defectos, pero que su mayoritaria carga pública ni la hace estar entre las mejores, ni se acerca a los estándares público-privados de los países a los que supuestamente se quiere parecer.