La subida del coste energético está comenzando a tener mella en el Estado junto con la subida de las materias primas que harán que impacto en gran medida la Navidad, una de las fechas claves para el consumo en todo el mundo. Junto con todo este panorama, se suma uno nuevo: el impuesto al plástico. Esta, no es una tasa que se esté aplicando en toda Europa sino que es única de España. Presuponen que tendrá un impacto de alrededor de 690 millones de euros en las empresas que manejas este elemento.
Ciertas organizaciones quieren que el impuesto al plástico se retrase un año
No son pocas las organizaciones que quieren que este impuesto al plástico se retrase por un año. Esto se debe a que este año ya habrá muchos factores que tener en cuenta en el consumo y una tasa más puede hacer que el panorama económico se desequilibre. Sin embargo, esta tasa está incluida en el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases teniendo como fecha de implantación enero de 2023. La tasa obliga a todas aquellas empresas que utilicen plástico no reutilizable a pagar 0,45€ por cada kilo de este material.
Algunos sectores como el de la alimentación y el de las bebidas están avisando del impacto que puede llegar a tener esta medida en toda la cadena de producción, fabricación y distribución ya que aumentarían los costes. Esta medida está levantando muchas dudas y parece que la administración no ha resuelto ninguna de ellas por el momento. Se quejan de que se ha tomado esta medida sin un reglamento detallado donde se expliquen todos los procedimientos.
Las empresas que manejan plásticos se encuentran nerviosas ya que la cantidad estimada que tendrán que entregar será de unos 690 millones de euros y es una cantidad que marca una diferencia en estos sectores. Es por eso que quieren que la medida del impuesto al plástico se implante, pero un año más tarde. Esta medida se estima que ponga en riesgo alrededor de 2.400 empresas y 25 mil empleos.
Los problemas de costes que supone el impuesto al plástico para las empresas
Este año se conoce por la crisis energética y el aumentos en las facturas de la luz y el gas. Las empresas tendrán que hacer frente a ciertos recortes y el impuesto al plástico supone un golpe más a su economía en un momento de mucha inestabilidad. Para las empresas, es de sentido común atrasar un año la nueva tasa para poder conseguir todos los objetivos estatales.
Los empresarios no están llegando a comprender por qué no quieren atrasarlo un año e indican que supone una falta de sensibilidad debido a la situación en la que se encuentran actualmente. Muchos no creen que esta medida llegue a ayudar el impacto de la inflación en las casa, pero sí consideran que existen otras medidas, como bajar el IVA de los alimentos, que pueden ayudar a estabilizar la situación.
El miedo de las empresas al impuesto al plástico con la llegada de Navidad
Uno de las mayores factores que generan tensión con respecto a esta nueva tasa es el impacto que puede tener en Navidad, una de las fechas donde el consumo se dispara. Si se aplica esta medida, las empresas que manejan plásticos tendrán que subir los precios y eso afectará al consumo ya que muchos compradores basan sus elecciones en el precio.
Una de las medidas por las que apuesta el director general de Fiab es la subvención de algunas materias primas para permitir que haya un freno en la escalada de la inflación en los alimentos. De esta manera, se garantizaría un precio más asequible y la compra de la cesta no tendría que llegar a precios descabellados. Sería una medida que ayudaría a las empresas a pasar este momento duro.
El impuesto al plástico es una medida urgente para ayudar al medioambiente
La opinión de los empresarios es clara: no están en contra de que se aplique el impuesto al plástico, pero lo quieren atrasar un año. La otra cara de la moneda de esta medida es que tiene el objetivo de proteger el medioambiente que se está desgastando cada día que pasa. Esto presenta una urgencia por parte de todos los países del mundo para imponer este tipo de medidas teniendo en cuenta los estragos que pasará el ser humano si sigue por este modelo de producción y consumo.
Por lo tanto, este nuevo impuesto es una medida económica que se introduce como elemento fiscal para inclinar a los empresarios a que adopten una economía circular. El objetivo principal es reducir la generación de residuos y aumenta el nivel de reciclado de todos los plásticos para que haya un modelo económico circular con respecto a este material. Al final, se trata de hacer todo lo posible para tener una economía más favorable hacia el medioambiente.
Aunque es un impuesto que puede afectar a muchas empresas, hay que tener en cuenta que hace ya varios años que se percibe el camino que está tomando el Gobierno para generar un mundo más eco friendly. Es una cuestión de que las empresas tomen este modelo económico circular por responsabilidad propia y no porque el Gobierno tenga que poner medidas fiscales para que se acaten.
