Sánchez pone de ejemplo fiscal a los nórdicos pero hace lo contrario

Con mucha frecuencia miembros del Gobierno o el propio presidente, Pedro Sánchez, ponen de ejemplo de fiscalidad progresiva y de socialdemocracia modélica a los países nórdicos: Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia y Dinamarca. Sin duda son países ejemplares en economía, ecologismo, políticas sociales, calidad de vida, pero ¿también en fiscalidad, al menos para lo que desea o nos cuenta el Ejecutivo? No cuadra ni lo que hace el Gobierno español respecto a los países nórdicos, ni casa lo que realmente implementan estos con lo que hacen allá por el norte de Europa.

«lo que no podemos pretender es tener un estado del bienestar como los países nórdicos con niveles fiscales propios de países menos avanzados»

Por tanto, la supuesta equiparación que pretende Sánchez no tienen nada que ver con lo que realmente se hace, más bien todo lo contrario. Hay hasta siete puntos principales que desmontan todo ese discurso, que recordamos con palabras como estas: «Lo que no podemos pretender es tener un estado del bienestar como los países nórdicos, con niveles de ingresos fiscales propios de países menos avanzados. Por tanto, si queremos un estado de bienestar europeo, este «deben costearlo todos los ciudadanos en proporción a sus ingresos», expresó Sánchez. Pero, ¿realmente una subida de impuestos tiene la justificación perfecta en lo que hacen los nórdicos?

LAS VERDADES DEL BARQUERO QUE DESMONTAN A SÁNCHEZ

Son fríos números y hechos fiscales los que se producen en los países nórdicos. Para empezar, el primer argumento que siempre esgrime la izquierda -el de gravar más a las grandes fortunas- no es precisamente una prioridad por aquellos lares. No tienen impuestos especiales ni que castiguen particularmente a esta parte de la población, en ninguno de los cinco países.

Tampoco tienen impuestos sobre el patrimonio, otro caballo de batalla fiscal aquí, con la lucha entre Comunidades Autónomas por quién lo tiene o no, y quién lo quita o no. El único país nórdico que tiene ese impuesto, aunque menor, es Noruega, junto con algún cantón suizo. Eso sí, el gobierno noruego, en cambio, no grava por sucesiones ni donaciones.

De cualquier forma, otro argumento muy repetido por el Gobierno de Sánchez es lo que se recaudaría yendo a por los que más tienen. Pues bien, la recaudación de impuestos sobre la riqueza en los países nórdicos es escasa, mucho menor que en España. Según datos de 2019 proporcionados por la OCDE, mientras que España recauda el 2,5% del PIB gravando la riqueza, esta proporción se reduce al 0,9% del PIB en Suecia, el 1,3% en Noruega, el 1,4% en Finlandia, el 2% en Dinamarca o el 2,1% en Islandia.

Sánchez Y La Fiscalidad De Los Nórdicos

NO ES LO MISMO CARGA FISCAL QUE ESFUERZO FISCAL

Otro concepto que confunde al ciudadano es el mantra que repiten los políticos sobre la mayor o menor carga fiscal. Siempre se aprovechan los datos de que España no está entre los países con mayor carga fiscal para argumentar que hay margen para aumentar los impuestos y que nuestro país no es ningún infierno tributario. Pero se olvida el tan estudiado aunque discutido concepto de esfuerzo fiscal. Una sociedad puede tener menos carga, pero si es más pobre, supone un esfuerzo mayor. Es el caso de España respecto a los nórdicos. Ellos pagan más, pero ganan mucho más y tienen muchas más ayudas reales, directas y efectivas.

Un ejemplo práctico: si se aplicase la presión fiscal de Dinamarca (45,4%) a España, el esfuerzo fiscal exigido a los españoles sería mucho mayor: los daneses tienen una renta per cápita de 51.600 euros anuales mientras que la española es menos de la mitad (24.000 euros). Para verlo en forma de ranking: es cierto que España se encuentra en un discreto 15º puesto por presión fiscal (recaudación/PIB) de entre las naciones de Europa, EEUU y Japón. Pero si nos atenemos al esfuerzo fiscal, nuestro país sube a la quinta posición.

SÁNCHEZ, EL LIBERALISMO Y LA SOCIALDEMOCRACIA

A los países nórdicos también se les pone siempre de ejemplo de políticas socialdemócratas, cuando si rascamos de nuevo en su economía y sistema fiscal, son más liberales de lo que aparentan y que Sánchez y el Gobierno nos quieren hacer ver. Así, aparte de que estos países ingresan más por renta y beneficios que por gravar, es decir, porque simplemente son más ricos, las economías nórdicas están entre las más liberales y liberalizadas del mundo.

Y para muestra, otro dato: España se sitúa en el puesto 41 en el ranking de libertad económica, mientras que Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia y Dinamarca están dentro del top 15. Y es que ellos no gravan especialmente los beneficios empresariales. De hecho, sus tipos son sensiblemente más reducidos que el 25% de Sociedades que aplica España. Una vez más, la explicación la da el valor añadido: como las empresas de estas naciones son más punteras, la recaudación por impuestos empresariales es más alta.

El empresario también lo tiene más fácil, ya que las cotizaciones a su cargo son más reducidas. Si a eso sumamos un paro mínimo, recaudan mucho más al cotizar más personas en los tramos altos del IRPF.