Gambas a la gabardina: el truco para que te queden perfectas

Las gambas a la gabardina es una de las tapas más tradicionales de la cocina española. Bajo este original nombre se esconde un irresistible bocado que consiste en una pieza de tierno marisco envuelta en un crujiente y sabroso exterior. Son perfectas para aperitivos o cenas informales, acompañada de un vino, una cerveza o un vermut y con buena compañía. Este plato fue muy popular en la década de los 80 y los 90 hasta que comenzaron a llegar las versiones congeladas y terminó cayendo un poco en el olvido. [nextpage]

UN REBOZADO ESPECTACULAR

Gambaas

La gabardina es el nombre metafórico que se le da al rebozado que aporta volumen a las gambas y que le da esta textura crujiente que tanto nos gusta. Es un aperitivo que cunde mucho, precisamente porque este rebozado se prepara frito, así que el resultado es un poco más denso que comer gambas, simplemente al ajillo, por ejemplo. Son muy fáciles de preparar, pero hay que conocer todos los trucos para que la gabardina quede perfecta, porque en ese punto está la diferencia. Te explicamos paso a paso como tienes que prepararlas. [/nextpage] [nextpage]

INGREDIENTES PARA UNAS GAMBAS A LA GABARDINA

Gambas A La Gabardina

Estos son los ingredientes para 3 personas aproximadamente. Recuerda que ser sirve como tapa, y no es un plato en sí mismo.

  • 12 gambas de tamaño mediano
  • 1 yema de huevo
  • 60 gramos de harina de trigo
  • 50 ml de agua con gas
  • 1 pizca de sal

También se puede usar gambones o langostinos. El agua con gas se puede sustituir por un poco de cerveza para darle un toque extra de sabor. El alcohol se evapora durante la fritura, así que es apto para todo el mundo. [/nextpage] [nextpage]

PREPARACIÓN DE LA SALSA

Gambas A La Gabardina

El primer paso es preparar la salsa que cubrirá las gambas y que se convertirá en la gabardina. Como tiene que reposar un rato, comenzaremos por esta parte. En un bol mezclamos la yema de huevo, con la harina y el agua, con gas o la cerveza. Usamos unas varillas y batimos con energía, hasta tener una mezcla homogénea. Si lo batimos un buen rato, conseguiremos que esta masa coja aire y al final quedará más esponjosa. La dejamos reposar unos 30 minutos guardada en la nevera. [/nextpage] [nextpage]

PREPARACIÓN DE LAS GAMBAS

Tapa

Mientras el rebozado se enfría y toma consistencia, nos ponemos con las gambas. Retiramos las cabezas y las pelamos, pero no totalmente: hay que dejar la puntita de la cola que utilizaremos después para sujetar cada pieza a la hora de rebozarlas. Las cabezas se puede guardar para aprovecharlas y hacer un rico fumet que después podremos utilizar para otras recetas como sopas, arroces, croquetas… [/nextpage] [nextpage]

REBOZAR Y FREÍR LAS GAMBAS A LA GABARDINA

Gambas A La Gabardina

Después ponemos una sartén al fuego con abundante aceite de oliva virgen. Para saber cuándo tiene la temperatura perfecta, agregamos una gota del rebozado que hemos preparado. Tiene que hundirse ligeramente en el aceite y subir rápido a la superficie. Cuando esto ocurra procedemos a freír las gambas, tomándolas por la cola, hundiéndolas en la mezcla del rebozado e introduciéndolas después en la sartén. Tienen que quedar doradas por ambos lados, bastará con un par de minutos. [/nextpage] [nextpage]

LA FRITURA PERFECTA: CRUJIENTE Y NADA ACEITOSA

Gambas A La Gabardina

Para que la fritura quede perfecta, hay que hacer las gambas a la gabardina a tandas pequeñas para que no baje la temperatura del aceite. De lo contrario absorberían más cantidad de aceite y quedarían un poco pesadas. Una vez dorado el rebozado, las vamos colocando en papel absorbente para que se vaya escurriendo el exceso de aceite. Y ya estarían listas. Se deben comer recién hechas que es cuando la gabardina está más crujiente, jugosa y rica. [/nextpage] [nextpage]

GAMBAS A LA GABARDINA PARA CHUPARSE LOS DEDOS

Gabardina Acompaña

Las gambas a la gabardina no necesitan un gran acompañamiento para su máximo disfrute, pero se pueden servir con un poco de mayonesa o salsa rosa para untar, unos picos de pan crujiente y una copa de vino blanco. Con esta receta y el truco de el agua con gas o la cerveza, conseguiremos que la textura quede superesponjosa. Si nos animamos podemos experimentar utilizando este mismo rebozado con otros alimentos, como por ejemplo, unos palitos de calabacín. [/nextpage]