La lubina es uno de los pescados más versátiles a la hora de servirlos a la mesa, pues bien sea que la prepares a la sal, al vapor o a la brasa, su sabor siempre dará de que hablar y por su puesto, la consistencia de su carne te deleitará. Este es uno de los alimentos frescos y nutritivos que valen la pena incorporar a la dieta y la cocción a la brasa es una de las más saludables.
Ahora bien, ¿cómo lograr que quede perfecta con esta técnica de cocción y evitar que termine irremediablemente quemada? Quédate hasta el final y conoce todo lo que necesitas saber para disfrutar de la mejor lubina a la brasa que hayas imaginado.
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Salvaje o de acuicultura, ¿cuál lubina escoger?
Por lo general, en los mercados tendrás acceso a ambos tipos de lubina; y si bien, la salvaje puede resultar un poco más costosa, la diferencia en su sabor y textura, bien valen la pena.
La lubina salvaje tiene una carne más magra que su par, criada en ambiente controlado por el hombre; además, gracias a su alimentación más variada, libre y natural, el sabor de su carne tiene toques distintivos que te van a encantar. Por otra parte, la lubina de acuicultura tiene un mayor contenido de grasa, pero también está mejor controlada a nivel sanitario para obtener solo ejemplares de calidad.
Indistintamente de cuál prefieras, observa que estas estén bien frescas, que sus ojos luzcan abultados y brillantes, la piel brillante y carne firme, olor a fresco y nunca desagradable y fíjate muy bien en su tripa, esta no debe lucir abultada.
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Prepara la cantidad de carbón justa
Cuando vayas a preparar lubina a la brasa, no te excedas con la cantidad de carbón a añadir, pues recuerda que este pescado se cocina de una forma bastante rápida.
Unos 20 minutos serán suficientes para tener el pescado bien cocido; por lo tanto, calcula muy bien la cantidad justa de brasas que vas a colocar. Además, ten en cuenta si vas a preparar grandes o pequeñas cantidades.
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Espera que las brasas estén en su punto
Antes de poner la lubina sobre las brasas, cerciórate que estas estén en el punto justo en el que deben estar.
Cuando enciendas el fuego, espera hasta el momento en el que las brasas se luzcan de color rojo muy brillante y que la fina capa gris, apenas comience a aparecer sobre ellas.
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Prepara la lubina
Elige la manera en la que deseas asar la lubina, si entera y cerrada, o entera, pero abierta en forma de libro. También puedes decantarte por los lomos y usar las espinas y cabeza para la preparación de un gustoso fumet.
Límpiala muy bien, y si lo deseas, ábrela por el abdomen, haciendo un corte desde la cabeza hasta la cola para lograr abrirla como una especie de libro. Con este corte aseguras una cocción más rápida y también más pareja.
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No olvides sazonar la lubina solamente lo justo
Por lo general, la lubina es un pescado que no requiere de grandes sazonados para tener un mejor sabor; no obstante, siempre es necesario sazonarla para tener un sabor exquisito.
Pincélala con un poco de aceite de oliva virgen extra y también espolvorea un poco de sal en su interior. Con estos dos ingredientes, puedes sazonarla de una manera perfecta y luego potenciar su sabor después de asada.
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Cómo hacerla directamente a la brasa y disminuir el riesgo de que se queme
Cuando la lleves a las brasas, puedes disminuir el riesgo de que se queme con tan solo colocarla a una altura adecuada para evitar que las llamas la toquen directamente apenas la pongas en las brasas. Primero ponla con la piel hacia abajo y bien cerca al fuego y apenas notes la piel crujiente, colócala más elevada.
Ahora bien, esta no es del todo una garantía de que no se quemará, pues esto es algo que puede pasar si no te plantas a vigilar el pescado en todo momento. Es por eso que te traemos un truco muy simple que te permitirá tenerla perfecta y sin que se queme.
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Truco para hacerla a la brasa y evitar por completo el riesgo de que se queme
Una de las técnicas de cocción del pescado más perfecta y segura, cuando de hacer a la brasa se trata, es en papillote. Este método es uno de los más populares y puedes aprovecharlo para una cocción perfecta con pescado y verduras añadidas que tiene un resultado exquisito.
Pues bien, para aprovechar parte de esta técnica y evitar que la lubina se seque, simplemente envuelve el pescado en papel de aluminio después de sazonarlo y listo, verás como queda perfectamente cocido, y su piel se conserva perfecta; además, absorberá el rico sabor y aroma de la brasa, tal como si la hubieses asado sin el papel.
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Cómo darle un sabor excepcional a este pescado
Con simplemente sal y aceite, puedes aderezar perfectamente la lubina y tener un resultado delicioso, pero hacer una divina salsa para acompañar este pescado, es otro nivel al que simplemente no te podrás resistir.
Hay muchísimas alternativas de salsas para acompañar este pescado; sin embargo, te compartiré dos que son realmente divinas y aromáticas: una rica ajada y una salsa de mantequilla. Cualquiera que elijas, se convertirá en tu favorita.
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Prepara una rica ajada
La ajada es una de las más sencillas. El sabor del ajo combina de manera maravillosa con el gusto de este pescado y de paso, así como es sencilla, es también económica y fácil de preparar.
Pon en una sartén, aceite de oliva virgen extra y añade unos dientes de ajo pelados y cortados en láminas. Cuando notes que los ajos comienzan a lucir de un bonito color dorado, apaga el fuego y espolvorea un poco de pimentón dulce de la vera.
Remueve bien los ajos y vierte un chorro de vinagre de jerez. Mezcla bien y vierte la ajada sobre la lubina a la brasa.
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Salsa de mantequilla, una alternativa deliciosa para acompañar la lubina a la brasa
Así como la ajada es sencilla de hacer, la salsa de mantequilla resultará también sumamente deliciosa. Pon en una pequeña olla: mantequilla, jugo de limón y un puñado de perejil picado.
Lleva la olla al fuego y una vez que la mantequilla se derrita por completo, retírala del mismo y listo, baña el pescado y estará perfecto para comer.
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