Un estudio identifica nuevas necesidades sociales a raíz de la crisis

La Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y la Fundació iSocial han identificado en un estudio nuevas necesidades sociales a raíz de la pandemia del coronavirus y han analizado su impacto en los servicios sociales en Catalunya.

En el acto de presentación de los resultados del proyecto ‘INSESS-Covid19’ han participado la catedrática del Intelligent Data Science and Artificial Intelligence (IDEAI) de la UPC y responsable del estudio, Karina Gibert, el director de la Fundación iSocial, Toni Codina, y las directoras generales de Servicios Sociales y Igualdad de la Generalitat, Meritxell Benedí y Mireia Mata.

El estudio, enfocado a aportar elementos de decisión que permitan que las 104 Áreas Básicas de Servicios Sociales de Catalunya hagan frente a la crisis, ha constatado un «impacto doble» de la pandemia en los usuarios de los servicios sociales, que suman nuevas problemáticas a las surgidas tras la crisis del 2008, en palabras de Codina.

MAYOR IMPACTO EN MUJERES

Además de dificultades como el acceso al trabajo, el poder adquisitivo o la pobreza energética, que ya estaban presentes antes del Covid-19, el confinamiento y la crisis sanitaria han hecho aflorar dificultades de conciliación familiar, brecha digital, violencia intrafamiliar o soledad.

El estudio indica también que la pandemia ha sido especialmente dura para las mujeres, que son el 58% de los beneficiarios de servicios sociales, según el informe, y que han sufrido violencia de género, mayor paro y más sobrecarga en las labores de cura: «La necesidad tiene nombre de mujer», ha afirmado Gibert.

Un 6% de los encuestados en el informe han asegurado ser víctimas de algún tipo de violencia, siendo el 72% de éstos mujeres; un 17% de ellas con formación universitaria y el 15% marcando hasta tres perfiles diferentes de agresores: «Si queremos hacer políticas públicas no podemos obviar la mirada de género», ha afirmado Mata.

En el ámbito de las curas, muy feminizado, se ha constatado un aumento del 40% de cuidadores, y un 29% más de horas dedicadas a estas labores de atención a la dependencia; a lo que se ha sumado un empeoramiento general de las condiciones a causa de la pandemia y los meses de confinamiento generalizado.

MÁS NECESIDADES

Las personas de clase trabajadora también han sufrido especialmente la crisis: según el estudio ha crecido un 50% el número de personas que no trabajan y no reciben ninguna prestación, un 78% los despidos y un 110% las personas que tenían un negocio y han cesado la actividad o han quebrado.

Entre las familias, se ha detectado un 62% de los participantes que manifiestan haber necesitado algún tipo de ayuda social, un 46% que ha necesitado ayuda para la alimentación, un 12% que han tenido que pedir la Renta Garantizada de Ciudadanía, y un 16% que ha solicitado ayuda psicológica.

En cuanto a la brecha digital, un 48% de los encuestados asegura no tener ordenador, un 77% no tiene tablet, un 28% no tiene wifi y un 4% no tiene móvil; además el 19% de los que sufren brecha digital es por falta de competencias, mientras que hay un 15% que es por falta de acceso a los dispositivos.

Gibert ha explicado que el estudio se ha hecho en base a 1.000 entrevistas mediante talleres o entrevistas telefónicas en toda Catalunya, y que se han utilizado técnicas de análisis semántico e inteligencia artificial para obtener los resultados, que se ha mostrado convencida que ayudarán a adaptar los servicios sociales a la nueva situación.

Por su parte, Codina ha valorado el trabajo realizado por los servicios sociales durante la pandemia, ha afirmado que el informe puede ayudar a mejorarlos y ha recordado que la atención a los colectivos vulnerables no sólo puede depender de los servicios sociales.

«No es el camión escoba de las problemáticas más complicadas de la sociedad. Si se hace así, como en la anterior crisis, no conseguiremos atender todas las necesidades», ha afirmado el director de iSocial, que ha pedido hacer extensibles las necesidades a otras ramas de la administración y la sociedad civil.