La inclusión de la discapacidad gana relevancia en el desarrollo de la inversión sostenible

Spainsif, el Foro Español de Inversión Sostenible, ha organizado, con motivo del Día Internacional de la Discapacidad, el segundo Coloquio ISR, en el que ha abordado cómo se integra la discapacidad en la gestión de las empresas y ha puesto de manifiesto que gana relevancia en materia de inversión sostenible, a través del desarrollo de fondos de inversión colectiva o fondos temáticos.

En el coloquio han participado representantes de Accenture (Juana Gálvez), CCOO (Mario Sánchez), Fundación ONCE (Fernando Riaño), IE University (Joaquín Garralda), MAPFRE (Alberto Matellán y Anastasia Penélope de las Peñas) y Triodos Bank (Elena Galerón, Begoña Somoza y Cristina Martínez), que han compartido su visión sobre los desafíos de la discapacidad en materia de inversión Ambiental, Social y de Gobernanza.

Según se ha puesto de relieve, en un momento de «efervescencia de la sostenibilidad empresarial», la sensibilización sobre la inclusión de las personas con discapacidad en el tejido productivo «avanza tanto en apoyos regulatorios (en forma de cuotas y leyes antidiscriminatorias) como desde la iniciativa de algunas.

Esto se traslada, según han indicado, a las matrices de materialidad en las memorias de sostenibilidad de las empresas, donde la diversidad en sentido amplio está mostrando cada vez más relevancia.

Así, han destacado que las empresas que alcanzan la inclusión efectiva de personas con discapacidad en las plantillas muestran una capacidad de innovación especial, que supone una ventaja competitiva respecto del resto de compañías.

Además de responder a los distintos tipos de discapacidad (física, psicosocial, intelectual o sensorial), las empresas se enfrentan a otros retos como: capacitar de forma transversal a todos los equipos sobre la inclusión de todos los tipos de discapacidad; atender a la discapacidad sobrevenida de los trabajadores; y aprovechar las habilidades de las personas con discapacidad.

Asimismo, se ha puesto sobre la mesa el reto de colaborar con las organizaciones sociales para formar a las personas con discapacidad en las necesidades de las empresas contratantes, por ejemplo, en posiciones tecnológicas que reemplacen puestos mecánicos que desaparecerán en el entorno digital o en capacidades de gestión.

Otros desafíos, según han dicho, son: planificar un acompañamiento de las personas con discapacidad tanto en la contratación como en los primeros meses en el puesto de trabajo; y desarrollar una política de diversidad.

Igualmente, han indicado que las ideas sobre la acción temprana son si cabe más relevantes en el contexto pandémico, donde la demanda laboral se cierra y el riesgo de exclusión de las personas con discapacidad aumenta. En esta coyuntura, han subrayado que los sistemas de cuotas, subvenciones, centros y fondos especiales de empleo son necesarios, pero no suficientes para alcanzar una inclusión plena y resiliente.

Además, han destacado que los inversores que deseen poner el foco en la inclusión de las personas con discapacidad prestarán una atención especial a aquellas empresas y proyectos que vayan más allá de los mínimos establecidos por ley.

En el mercado, según han precisado, ya se pueden encontrar ejemplos de fondos de inversión colectiva o fondos temáticos sostenibles, que bien se dedican en exclusiva a la inclusión de personas con discapacidad o bien dedican parte del porcentaje de libre disposición de los fondos que gestionan a microfinanzas orientadas a la inclusión.