El mercado veraniego en el País Vasco podría tener un giro inesperado con el nombre de Urko Izeta como protagonista. El delantero, cedido por el Athletic Club de Bilbao al Mirandés durante la última temporada, ha llamado la atención de la Real Sociedad gracias a su excelente rendimiento en Segunda División. Con 11 goles anotados, su campaña no ha pasado desapercibida, y en San Sebastián estudian seriamente ofrecerle una oportunidad como tercer delantero del primer equipo.
Lo que alimenta aún más el interés es que Urko Izeta termina contrato con el Athletic a finales de este mes. Esto lo convierte en una pieza apetecible para los donostiarras, ya que podrían incorporarlo como agente libre sin coste de traspaso. Un movimiento de bajo riesgo y alto potencial que podría desequilibrar aún más la histórica rivalidad entre ambos clubes vascos.

Urko Izeta, una apuesta de bajo riesgo y gran potencial
La Real Sociedad ya maneja precedentes similares en su política de incorporaciones, y el caso de Urko Izeta encaja a la perfección. La idea que baraja la dirección deportiva es repetir una fórmula ya usada por el Athletic en su momento con Martón, dar la alternativa a un jugador joven, con buenos números en Segunda, para reforzar la delantera con un perfil complementario, sin alterar el núcleo ofensivo ya consolidado.
Además, en Zubieta ven con buenos ojos su conexión con Gorrotxategi, jugador del filial de la Real Sociedad con quien ha coincidido en el Mirandés y que regresará este verano a las filas txuri-urdin. La química entre ambos ha sido evidente en el campo, y podría trasladarse fácilmente al entorno del primer equipo. Esta complicidad añadida es otro argumento a favor de una operación que, en términos económicos y deportivos, resulta muy atractiva.
El Athletic, entre la pérdida y la amenaza
Desde el lado rojiblanco, la situación genera más preocupación que indiferencia. Si bien Urko Izeta no ha tenido espacio en el primer equipo, su evolución en Segunda División ha sido sólida. Dejarlo marchar libre al máximo rival supondría una doble pérdida. Por un lado, se pierde un activo joven sin contraprestación; por otro, se refuerza a un adversario directo con un jugador criado en Lezama.
Aunque el club de San Mamés aún no se ha pronunciado oficialmente sobre una posible renovación, el tiempo juega en su contra. Si no actúan con rapidez, verán cómo uno de sus canteranos más prometedores cambia de acera en el derbi vasco, generando un relato de revancha que, a buen seguro, no pasará desapercibido entre la afición.
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