Los titulares anuncian una disminución del paro en España durante el mes de febrero. Según el informe del SEPE, el desempleo en España se redujo en 0,23%, situándose en 2,59 millones de personas. Sin embargo, pese a que siempre es una buena noticia, conviene analizar estos datos con lupa. Porque aunque el desempleo ha bajado ligeramente, la contratación ha sufrido una fuerte caída, con 115.400 contratos menos que en enero. La afiliación a la Seguridad Social apenas ha crecido en 34.800 personas en el último trimestre, alcanzando un total de 21.857.900 ocupados, según datos del INE.
Ahora bien, ante este escenario tan confuso, muchos se preguntan: ¿qué está pasando realmente en el mercado laboral? Según los datos del SEPE, se ha producido un crecimiento moderado en las afiliaciones a la Seguridad Social, pero no los números muestran una reducción en la contratación. Este panorama sugiere que, aunque las cifras de paro puedan parecer alentadoras, es crucial mirar más allá y analizar la calidad y estabilidad del empleo que se está generando.
Además, la calidad del empleo generado sigue siendo motivo de preocupación. Este panorama sugiere que, aunque las cifras de paro puedan parecer alentadoras, la realidad del mercado laboral español sigue enfrentando desafíos significativos en términos de estabilidad y calidad del empleo.
Menos paro, pero menos contratos: el dato que nadie menciona sobre el empleo en España
El titular optimista es que el paro ha bajado, pero ¿a qué precio? Según el informe del SEPE, la contratación en España ha caído un 15% interanual, lo que significa que, aunque haya menos desempleados registrados, también se están firmando muchos menos contratos. Esto nos deja una pregunta incómoda: si hay menos contratos, ¿cómo es posible que haya menos paro? Una pregunta lógica que cualquiera se podría plantear al ver los datos del SEPE. La respuesta puede estar en el aumento de inactivos, es decir, personas que han dejado de buscar trabajo porque no encuentran opciones atractivas.
Además, la calidad del empleo sigue siendo una asignatura pendiente. Los contratos indefinidos han aumentado en las cifras oficiales, sí, pero un gran porcentaje son falsos fijos, esos contratos que disfrazan la temporalidad dentro del marco legal. El empleo a tiempo parcial también sigue creciendo, lo que significa que mucha gente que antes tenía un trabajo de 40 horas ahora se conforma con 20 o incluso menos. En resumen: menos paro, sí, pero menos empleo real.
Afiliación a la Seguridad Social al alza, pero con letra pequeña
Las cifras de afiliación a la Seguridad Social muestran un crecimiento constante, moderado, pero constante, con más de 21 millones de personas registradas, según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Este dato sobre el papel, parece una gran noticia, ya que sugiere que se han realizado nuevas contrataciones. Sin embargo, cuando se mira con lupa, el panorama no es tan brillante. La temporalidad sigue acechando y, lo que es peor, muchos contratos indefinidos no garantizan estabilidad laboral. El truco está en que muchos contratos indefinidos en realidad tienen horas reducidas o condiciones precarias, lo que significa que, aunque haya más afiliados, el poder adquisitivo y la calidad del empleo siguen siendo débiles.
Otro punto clave, y que muchas veces pasa desapercibido o simplemente no lo toman en cuenta al momento de mostrar las cifras, es el impacto de los autónomos en estas cifras. Muchos de los nuevos afiliados no son trabajadores por cuenta ajena, sino autónomos que se han visto obligados a emprender como única salida laboral. Y no es que el emprendimiento sea malo, pero cuando se hace por necesidad y no por vocación, el riesgo de fracaso y precariedad aumenta. En resumen, la afiliación sube, sí, pero si el empleo es inestable, la recuperación sigue siendo frágil.
La otra cara del dato: ¿menos paro o más desánimo entre los trabajadores?

El desempleo ha bajado, es un hecho, según los datos del SEPE, pero ¿realmente porque hay más empleo o porque menos personas buscan trabajo? El desempleo ha caído en los últimos meses, y esto se traduce en menos personas registradas como desempleadas, pero no necesariamente porque hayan encontrado un empleo. Se trata realmente de que muchas personas simplemente han dejado de buscar activamente, desencantadas por la falta de oportunidades o porque las condiciones del mercado laboral no les permiten acceder a un empleo digno. Y eso no es recuperación, es resignación.
Y por último, otro dato que se debe tomar en cuenta al momento de mostrar los datos es el impacto del éxodo laboral, otro aspecto que pasa desapercibido para muchos, pero es una realidad que se agudiza con el pasar de los años. Cada vez más jóvenes cualificados salen del país en busca de mejores oportunidades, lo que reduce artificialmente las cifras de paro. Si los que podrían engrosar las listas del desempleo se marchan, la estadística mejora, pero la realidad no cambia. Entonces, la trampa está en los números: menos paro, sí, pero también menos personas buscando empleo.