El Museo Nacional de Escultura se renueva con una exposición permanente más plural

El Museo Nacional de Escultura (MNE) se renueva con una exposición permanente «más plural» y con un montaje con «vocación de modernizar el discurso» en torno a la escultura, lo que ha permitido incorporar al recorrido un mayor protagonismo de las características plásticas y formales de este arte con piezas entre las que destacan las realizadas en mármol y alabastro.

Así lo ha destacado la directora del Museo, María Bolaños, en la que ha sido su última presentación pública en el cargo, aunque seguirá «muy ligada al museo», según ha destacado el director general de políticas culturales de la Junta, José Ramón González García, quien ha asistido a la presentación de esta reforma junto a la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, y el subdelegado en Valladolid, Emilio Álvarez.

La intervención que se ha dado a conocer este viernes supone la primera parte de una más amplia que se presentará en el primer trimestre de 2022 y que, sin pretender borrar lo que preexiste, revisa y enriquece los puntos de vista sobre la colección escultórica para ofrecer al visitante una visita más dinámica y compleja, que incorpora otras dimensiones de la escultura y nuevas lecturas.

Todo ello radica, ha explicado Bolaños, en la «interesante renovación que ha vivido el mundo de la escultura en los últimos años» que también ha dado lugar a una «mirada más atenta» y, «producto de este movimiento, el Gobierno ha podido adquirir «un montante significativo de grandes obras de maestros muy conocidos» tales como Alonso Berruguete, Pedro de Mena o Juan de Mesa, además de otros «secundarios y discípulos», pues «durante varios siglos, la escultura española ha alcanzado un suficiente nivel de calidad» más allá de «hitos y grandes nombres».

Con la intervención, el Museo pretende sacar a la luz obras depositadas en los almacenes, algunas de ellas nunca vistas; dar a conocer las adquisiciones de los últimos años, ricas en escultura renacentista –Berruguete, Juni, Siloe– y barroco andaluz –Juan de Mesa, Pedro de Mena, Hermanos García o Luisa Roldán–; imprimir un nuevo ritmo visual en ciertos tramos o mostrar la colección de forma más dinámica.

Además, Bolaños ha incidido en el interés del Museo por destacar la figura de Luisa Roldán, la única gran escultora del Barroco europeo y un «caso excepcional en el mundo de las artes» pues, a diferencia de la existencia de pintoras, el ejercicio de la escultura, dado su esfuerzo físico y material, era «supuestamente más masculino».

ESPACIOS INTERVENIDOS

En concreto, la remodelación afecta a dos grupos escultóricos de salas del piso superior y dos ciclos artísticos distintos: al Renacimiento (salas 8b, 11, 12 y 13) y al Barroco (salas 16, 17, 18, 19 y 20).

Así, en el primer grupo, se ha creado una nueva sección, titulada ‘La fábrica de la escultura’, que evita la lectura histórica o estilística de la obra para centrarse en su composición material y factura física y que plantea un recorrido protagonizado por materiales como la madera, la pareja alabastro-mármol, además de un apartado dedicado al despiece y reconstrucción del retablo en sus partes, para comprender el ‘modus operandi’ de esta pieza tan característica de la escultura española.

Mientras, el segundo grupo de salas presenta nuevas adquisiciones que acentúan la mirada renovada sobre las viejas devociones barrocas, sobre su dimensión popular y sus implicaciones políticas y, junto a ello, la figura de Luisa Roldán, escultora con nombre propio que alcanzó el puesto de escultora de cámara de Carlos II y de Felipe V.