El año 2021 acumula más del doble de fuegos que en el mismo periodo de año pasado

Un total de 15 grandes incendios forestales, aquellos que superan las 500 hectáreas de superficie, se han contabilizado desde que comenzó 2021 hasta el 15 de agosto, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que todavía no incluyen el fuego de Cepeda de la Mora-Navalacruz (Ávila), el más devastador de los últimos tiempos.

La cifra duplica a los 7 grandes incendios forestales (GIF) que se registraron en el mismo periodo del año anterior y supera también los 11 GIF de media de los últimos diez años. Con estas cifras, el año 2021 se sitúa ya como el tercero con más GIF en este decenio, por detrás de 2012 –el peor– con 30 GIF, y de 2017, con 16 GIF. Hace dos años, en 2019, en este plazo se produjeron 12 grandes incendios de estas dimensiones.

Además, entre el 1 de enero y el 15 de agosto, han ardido 46.468,94 hectáreas de superficie en España, un 52,38 por ciento más que en el mismo plazo del año pasado, aunque un 19,52 por ciento menos que la media del decenio.

De las 46.468,94 hectáreas quemadas lo que va de ejercicio, 25.305,79 hectáreas eran de superficie matorral y monte abierto, 16.798,14 hectáreas de arbolada y 4.365,02 hectáreas de pastos y dehesas.

En cuanto al número de siniestros, hasta el 15 de agosto se han contabilizado 5.942 incendios. No obstante, la mayor parte, 3.802 fueron conatos, es decir fuegos que no llegaron a alcanzar una hectárea quemada y 2.140 superaron una hectárea. Entre ellos, 15 se convirtieron en grandes incendios forestales.

La distribución de los fuegos ha estado muy repartida, ya que el 39,09 por ciento se produjeron en el noroeste; el 38,67 en las comunidades interiores; el 21,74 por ciento en el Mediterráneo y el 0,49 por ciento en Canarias.

En el noroeste, con el 39,09 de los incendios, se quemó el 43,87 por ciento de la superficie forestal y el 24,19 por ciento de la superficie arbolada. Mientras, en las comunidades interiores, con casi el 40 por ciento de los siniestros (38,67 por ciento), ardió el 33,30 por ciento de las hectáreas afectadas de superficie forestal y el 43,37 por ciento de la superficie arbolada.

Por su parte, en el Mediterráneo, con más de un quinto de los incendios (21,74%) contabiliza el 16,12 por ciento de la superficie forestal quemada y el 16,93 por ciento de la superficie arbolada.

Destaca Canarias, donde con apenas el 0,49 por ciento de los siniestros, se ha quemado el 6,71 por ciento de la superficie forestal y el 15,51 por ciento de la superficie arbolada total.

Probablemente, la próxima estadística de incendios del Ministerio experimentará una gran variación una vez que se incorporen los datos de los grandes incendios como el de Ávila. La Junta de Castilla y León estima que podrían haberse calcinado unas 22.000 hectáreas de superficie.

En todo 2020 ardieron 65.923,08 hectáreas de superficie y durante todo el ejercicio se alcanzó la cifra de 19 grandes incendios, de modo que terminó como el quinto año del decenio con menos superficie quemada.

En las dos décadas que van de siglo, se recuerdan grandes incendios como el de Fuenterrabía en 2010, con 500 hectáreas afectadas; las 28.879 hectáreas quemadas en 2012 en Cortes de Pallas (Valencia) uno de los peores de toda la serie histórica o las 22.510 hectáreas que casi a continuación, esos días de 2012 ardieron en Andilla (Valencia).

El más grande que se ha registrado hasta la fecha en la estadística general de incendios forestales tuvo lugar en 2004, en los municipios de Minas de Riotinto y Berrocal, en Huelva y Sevilla respectivamente, que alcanzó a 29.867 hectáreas.

Cabe recordar uno de los más recientes, el de Valleseco, en la isla de La Palma, que se llevó más de 10.000 hectáreas en 2019. En Tejeda (Gran Canaria) en 2007 ardieron 19.200 hectáreas y esos mismos días de julio en Realejo (Tenerife) se quemaron otras tantas.

Las estadísticas reflejan que otro de los peores fuegos tuvo lugar en Valencia de Alcántara (Cáceres) en 2003, con 13.700 hectáreas quemadas aproximadamente. Sin duda, uno de los incendios que quedará en la memoria es el de 2005 en Riba de Saélices (Guadalajara), donde además de quemarse 12.800 hectáreas perdieron la vida 11 personas en un fuego iniciado por una barbacoa. Diez años más tarde, en 2015 en Quesada (Jaén) ardieron 9.000 hectáreas.

En Castilla y León, hasta que se incorpore a los registros el de Navalacruz, el fuego de Castrocontrigo de 2012 es uno de los que encabeza la lista autonómica, tras arder 11.800 hectáreas y en 2003 en Agallas (Salamanca) una quema agrícola provocó que se quemaran casi 11.500 hectáreas.