Los geólogos piden una aplicación restrictiva de la ley del suelo

El Ilustre Colegio de Geólogos (ICOG) ha reiterado su advertencia de que construir en llanuras aluviales aumenta el riesgo de inundaciones, por lo que reclama una aplicación restrictiva de los mapas de suelo, como indica la Ley del Suelo porque «la naturaleza siempre vuelve a su lugar».

El presidente del ICOG, Manuel Regueiro, ha subrayado que el problema es construir sobre el cauce de un río y que son precisamente las inundaciones el mayor riesgo geológico existente en España.

Por ello, pronostica que mientras se siga construyendo en las llanuras aluviales de los ríos seguirá habiendo inundaciones destructivas como las de estos días en Alemania, Bélgica y Países Bajos o en China.

«La naturaleza siempre ocupa el lugar que le corresponde y, si se ha construido sobre una llanura de inundación, cuando hay un periodo de precipitaciones intensas el agua vuelve a discurrir por ese lugar», ha explicado Regueiro, que añade que esto es lo que se conoce técnicamente como período de retorno.

«Pueden ser años, décadas o siglos, pero esa zona se volverá a inundar», garantiza el representante de los geólogos que afirma que no todo es atribuible al cambio climático, del que no cabe duda de que aumenta el riesgo de inundaciones y procesos erosivos, sino que «hay aplicar políticas preventivas».

En ese ámbito expone que el Colegio de Geólogos elaboró un plan para una Política Geológica Nacional para el periodo 2019-2022, que se presentó a todos los partidos políticos y que incluía medidas concretas para paliar el riesgo de inundaciones.

«Invertir en estructuras de control de inundaciones, aplicar una política de indemnizaciones por expropiaciones de zonas inundables, adecuar los seguros a los riesgos o avanzar en los sistemas de alerta y monitoreo de riesgos de inundación son algunas medidas preventivas», ha defendido.

Por último, ha precisado que las zonas con mayor riesgo de inundación en España son Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña. «Es importante adaptar los usos urbanísticos del suelo en función de los mapas de riesgo naturales», concluye.