Ismael Serrano: «Para mí un concierto tiene que ser algo más que una sucesión de canciones»

Ismael Serrano está de promoción. Hace poco salió su disco ‘Seremos’ y ha pasado por los micrófonos de Diario QUÉ! para comentar con nosotros acerca de cómo está siendo su experiencia. ¿Quieres saber más cosas? Dale al play y escúchalo.

‘Seremos’

Seremos es el nuevo disco de Ismael Serrano con colaboraciones importantes, como son Pablo Alborán, Clara Alvarado, Ede, Litus o Jimena Ruiz Echazú. Este álbum inédito del cantautor madrileño logró posicionarse como número 2 en las listas de venta españolas y compartió su éxito con sus grandes amigos.

‘Seremos’ es un viaje de autodescubrimiento, pero no uno en el que Ismael Serrano lo ha recorrido solo.

Tras haber presentado junto a Clara Alvarado y Litus “Porque Fuimos”, primer adelanto de este trabajo, Serrano nos regaló, “Fahrenheit 451”. A ritmo de cumbia y con una sinceridad rotunda, Serrano nos habla sobre la verdad, disparando al centro de la realidad de nuestros días: “Hoy la red es tierra quemada”, recita la letra.

Ismael Serrano sobre ‘SEREMOS’

Aunque casi siempre las canciones suelen rendir tributo al pasado, hay melodías y versos que tienen vocación de futuro. Creo que este disco comparte esa mirada.

Todo poema surge de un diálogo con uno mismo. Y en ese ejercicio terapéutico estas canciones resultan un viaje de autodescubrimiento en el que reviso lo que soy, con todas sus consecuencias: la tendencia a la idealización de la derrota o del amor romántico, la extorsión oculta detrás de algunas canciones de desamor, la soberbia del que dice “te lo dije”, la pose del cantautor encantado de conocerse aunque se disfrace de eterno perdedor.

En ese trayecto, uno avanza intentando descubrir ese misterio que habita lo cotidiano, esas pequeñas heroicidades que no siempre obtienen el reconocimiento que merecen.

Porque de lo que se trata es de poner el foco en quienes de verdad, en estos tiempos tan difíciles, se empeñan en seguir hacia adelante, sin claudicar, a pesar de los pesares.

No fui capaz de hablar de la pandemia, de las calles vacías o de las luces blancas de los hospitales.

Quise hablar de la vida congelada que nos espera, de esa “vieja” normalidad, defectuosa y oxidada, luminosa y lejana como las playas de la adolescencia.

Porque casi todo parece más hermoso de lo que es cuando se pierde. Escribí estas canciones con la certeza de que este temporal dejará una enseñanza que nos hará mejores.

Aunque lleve tiempo. A pesar de los titulares y del ruido del noticiero.

Entre todos esos sueños suena esta cumbia madrileña, para denunciar la posibilidad distópica de la que nos alertó Bradbury.

Con lo que no contaba el viejo Ray es con la aparición de internet y sus redes, tejiendo sus telas de araña, alumbrando estos días con el fuego de sus pantallas, alimentado por aquellos que, a la manera de los bomberos de la novela, pretenden convertir en cenizas nuestras ilusiones y nuestro futuro.

No hacía falta quemar los libros, bastaba con sepultarlos bajo montones de espejismos y mentiras, más poderosas que un lanzallamas, bulos como granadas incendiarias, que alcanzan temperaturas superiores a los 451 grados Fahrenheit, la temperatura a la que arde el papel.

Por suerte, tal y como nos dice la canción, siempre hay alguien tratando de salvar algún poema de entre las llamas, guardándolo en su memoria como los personajes de la novela, para recitarlo al calor de alguna hoguera, para recordar así a los hombres y mujeres que algún día seremos.