Cantabria roza la alerta 3 y se endurecerán las medidas con un paciente más en UCI

Cantabria se encuentra en estos momentos en el límite del nivel de alerta sanitaria 2 (riesgo medio) y rozando el nivel 3 (riesgo alto), al que pasará con un solo ingreso más en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), con la consiguiente aplicación de las medidas restrictivas correspondientes a este escenario.

De hecho, dos de los indicadores que miden la posibilidad de transmisión comunitaria del Covid-19 ya han superado el umbral de riesgo alto, como son la incidencia acumulada (IA) de casos diagnosticados en siete días por cada 100.000 habitantes, que alcanza los 79, y la IA de casos con 65 o más años diagnosticados en siete días por cada 100.000 habitantes, que llega a los 50.

Pero el tránsito del nivel 2 al 3 requiere también que la ocupación UCI sea superior al 15%, que es precisamente la registrada en los datos cerrados a fecha de ayer, con 16 ingresados, con lo que la comunidad roza el nivel 3, pero técnicamente se encuentra aún en el 2.

Así, la Consejería de Sanidad ha advertido en un comunicado que con un solo paciente más que precise Cuidados Intensivos, Cantabria pasará automáticamente a nivel de riesgo alto y se aplicarán «las medidas restrictivas que sean necesarias».

En concreto, esta semana el consejero de Sanidad y el director general de Salud Pública, Miguel Rodríguez y Reinhard Wallmann, respectivamente, anunciaron que las medidas previstas si se alcanzaba el nivel 3 consistían en reducir los aforos en diferentes ámbitos y volver a cerrar el interior de los establecimientos de hostelería, entre otras.

De ahí que las autoridades sanitarias hayan insistido en la necesidad de extremar las precauciones y observar todas las medidas de higiene y distanciamiento social que permitan frenar la expansión del Covid-19.

Además, han hecho un llamamiento expreso a la responsabilidad individual para evitar en la medida de lo posible los espacios cerrados públicos, porque «está demostrado que el Covid-19 se contagia por el aire, sobre todo en interiores, que favorecen la transmisión aérea del virus».

Por eso, el departamento que dirige Miguel Rodríguez ha ahondado en priorizar la ventilación en espacios interiores y locales públicos cerrados, ya que la renovación continua del aire es un parámetro «fundamental» para minimizar la transmisión y, por lo tanto, una medida efectiva de prevención.

Para garantizar toda su efectividad, la ventilación, entendida como la renovación de aire interior con aire exterior debe ser permanente y cruzada, es decir, con apertura de puertas y/o ventanas opuestas o al menos en lados diferentes del recinto, para favorecer la circulación de aire y garantizar un barrido eficaz por todo el espacio.