Las vacunas contra 10 enfermedades tienen un impacto sustancial en la salud pública de los países de renta baja y media, según un nuevo estudio de modelización publicado en ‘The Lancet’. La investigación estima que entre 2000 y 2019 las vacunas han evitado 37 millones de muertes, y que esta cifra aumentará a 69 millones de muertes en el periodo 2000-2030. Se estima que la mayor parte de este impacto se produce entre los niños menores de cinco años, sobre todo por la vacunación contra el sarampión.
En este nuevo estudio participaron 16 grupos de investigación independientes que modelaron el impacto de los programas de vacunación infantil en 98 países de ingresos bajos y medios contra diez patógenos: hepatitis B (HepB), Haemophilus influenzae tipo b (Hib), virus del papiloma humano (VPH), encefalitis japonesa (EJ), sarampión, Neisseria meningitidis serogrupo A (MenA), Streptococcus pneumoniae, rotavirus, virus de la rubéola y virus de la fiebre amarilla (YF).
El estudio utilizó dos métodos para evaluar el impacto con el fin de proporcionar una visión transversal (anual) y a largo plazo (de por vida) del impacto. El primer método evaluó la diferencia en el número de muertes entre los escenarios de vacunación y no vacunación para cada año y luego sumó estos resultados anuales.
El segundo método evaluó el impacto a largo plazo de la vacunación resumiendo el impacto a lo largo de la vida para grupos de personas que nacieron en el mismo año entre 2000 y 2030 y luego calculó la diferencia entre los escenarios de vacunación y no vacunación. Este enfoque permitió incluir el impacto de la vacunación en etapas posteriores de la vida, lo que es especialmente relevante para enfermedades como la hepatitis B o el VPH, en las que hay un largo retraso entre la infección y los resultados graves. La mayor parte del impacto de la vacunación contra la hepatitis B se observará después de 2030, mientras que en el caso del VPH el impacto se observará después de 2040.
Los resultados demostraron que entre 2000 y 2019 hubo un aumento en el número medio de vacunas recibidas por niño, tanto para las vacunas existentes, como el sarampión, como para las nuevas vacunas, como el rotavirus.
Considerando el impacto por año, el estudio estima que entre 2000 y 2030, la vacunación habrá evitado 69 millones de muertes por las 10 enfermedades, 37 millones de las cuales se evitaron entre 2000 y 2019. Las vacunas contra el sarampión fueron las que tuvieron el mayor impacto, ya que evitaron 56 millones de muertes entre 2000 y 2030.
En cuanto al impacto de la vacunación a lo largo de la vida de las personas nacidas entre 2000 y 2030, el estudio estimó que la vacunación evitará 120 millones de muertes, de las cuales 65 millones corresponden a niños menores de cinco años. Hasta 58 millones de muertes se evitarían con las vacunas del sarampión y 38 millones con las de la hepatitis B.
LA MORTALIDAD SERÍA UN 45% MAYOR EN NIÑOS SIN ESTAS VACUNAS
Considerando a los nacidos en 2019, el estudio estimó que el aumento de la cobertura vacunal y la introducción de vacunas adicionales dieron lugar a una reducción del 72 por ciento de la mortalidad de por vida causada por los 10 patógenos. Tomando esta cohorte de nacimientos de 2019 y utilizando las estimaciones demográficas de las Perspectivas de la Población Mundial de las Naciones Unidas, el estudio estimó que la mortalidad de los niños menores de cinco años en los 98 países sería un 45 por ciento mayor en ausencia de la vacunación contra los 10 patógenos.
El estudio también examinó el impacto relativo de cada vacuna y demostró que las vacunas contra el sarampión, el Hib y las vacunas neumocócicas conjugadas (PCV) son las que tienen un mayor impacto en las muertes de niños menores de cinco años. Las vacunas contra el VPH, la hepatitis B y la fiebre amarilla tienen el mayor impacto por persona vacunada a lo largo de la vida.
Nuestro estudio pone de manifiesto los enormes beneficios para la salud pública que pueden obtenerse de los programas de vacunación en los países de ingresos bajos y medios. Al hacer una proyección hasta 2030 en estos 98 países, hemos proporcionado información sobre dónde deben dirigirse las inversiones en la cobertura de las vacunas para lograr mayores beneficios, por ejemplo, el aumento de la cobertura del VPH en las niñas y la cobertura de las vacunas conjugadas neumocócicas (VPC) en los niños menores de cinco años tendrán el mayor impacto según nuestro modelo», explica uno de los líderes del estudio, el profesor Neil Ferguson, del Imperial College de Londres (Reino Unido).
«Al estimar cuánto aumentarían los niveles de mortalidad si no hubiera programas de vacunación, nuestro estudio ha puesto de manifiesto lo crucial que es mantener unos niveles de cobertura elevados. Esto requerirá un compromiso político continuo, financiación, compromiso público para promover los beneficios y la seguridad de las vacunas, y programas de educación, formación y supervisión de la inmunización», ha añadido Katy Gaythorpe, también del Imperial College de Londres.