Emilia Nájera, de 80 años, la primera vacunada en Aragón

La primera persona vacunada contra la COVID-19 en Aragón, Emilia Nájera, de 80 años, de la Residencia ‘Romareda’ del IASS, en Zaragoza, ha afirmado este domingo que «hay que hacerlo porque es el único medio que tenemos, de momento, para despachar al bicho de España».

Una sanitaria ha inyectado la vacuna de Pfizer a Nájera a las 12.00 horas en una sala de la residencia, donde a continuación se han vacunado también otros dos residentes, Manuel Cebolla y Carmen García, así como dos trabajadores socio-sanitarios de la misma, María Sanz y Fernando Artal.

Emilia Nájera ha declarado que «no hay que ser valiente» para vacunarse, sino «pensar en las cosas, que lo hacen todo a favor de nosotros».

«A ver si podemos abrazarnos; el día que coja a mis hijas no las soltaré en no sé cuánto tiempo», ha continuado Nájera, quien ha comentado que tiene cinco nietos. Este año no ha podido celebrar las Navidades, ni las fiestas del Pilar, «nada de nada», ha lamentado.

Desde el inicio de la pandemia le han cuidado «mucho», ha expresado Nájera, quien ha cumplido todas las normas y ha hecho «todo lo posible» por no infectarse.

Otra residente, Carmen García, ha confiado en que se pueda «eliminar» el coronavirus. «A ver si entre todos podemos contra él», aunque «es difícil», ha dicho.

«A ver si matamos al bicho», ha deseado el tercer residente vacunado en Zaragoza, Manuel Cebolla, quien ha agregado que «hay que ir siempre con la cabeza levantada y sin hacer daño a nadie».

TRABAJADORES SOCIO-SANITARIOS

Por su parte, María Sanz ha manifestado su emoción y ha considerado que «es muy importante dar seguridad y confianza a todos los sanitarios y socio-sanitarios», tras lo que ha expresado su apoyo a la ciencia y la tecnología, indicando que «esto nos va a sacar de esta crisis», para asegurar que «la vacuna tiene que ser un valor ciudadano que tenemos que compartir porque si no lo hacemos todos no va a ser eficaz al cien por cien».

Sanz ha continuado afirmando que la vacuna «es el camino para salir de todo esto» y ha opinado que «cualquiera ha vivido aquí, en un centro hospitalario o sanitario debe estar impaciente por dar un primer paso para acabar con todo esto».

Ahora espera «poder ver a todo el mundo y recuperar nuestra vida», aunque «va a costar» y aún «nos queda tiempo de llevar mascarillas y cuidar la distancia». La vacunación «es un gran paso para todos nosotros».

Otro trabajador de la Residencia ‘Romareda’, Fernando Artal, también se ha inoculado la vacuna de Pfizer. Ha comentado que «ha habido meses muy complicados y se han visto las cosas muy negras», recordando que los residentes no han podido ver a sus familias, por lo que «no hay duda» de vacunarse para «volver a cierta normalidad».

Los trabajadores socio-sanitarios necesitan «estar preparados y protegidos», ha añadido Artal, quien ha enfatizado que en las residencias de mayores «hemos estado confiados todos, dependiendo todos de todos», de forma que «éramos un grupo cerrado», tras lo que ha apostado por «recuperar la normalidad».