El pasado miércoles 22 de enero, el Congreso de los Diputados tumbó el denominado decreto ómnibus, y con ello, desaparecen las ayudas a la compra del coche eléctrico, el Plan MOVES III, destinado a impulsar la transición la movilidad eléctrica en España.
Esta decisión, fruto de una maniobra política, ha dejado fuera de juego a muchos que esperaban estas ayudas para pasarse a un coche eléctrico, instalar puntos de recarga o beneficiarse de la deducción del 15% en el IRPF por la compra de vehículos de este tipo.
LA SUSPENSIÓN -O PARALIZACIÓN- DE LAS AYUDAS AL COCHE ELÉCTRICO DEJA EN FUERA DE JUEGO A FABRICANTES Y USUARIOS
Todo ello ha caído como un jarro de agua fría entre los principales fabricantes y vendedores de vehículos en España, así como para los miembros de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE).
Desde esta organización que agrupa a todas las empresas involucradas en la industria de la movilidad eléctrica en España reclaman a la clase política racionalidad, altura de miras y acuerdos rápidos para reactivar un plan de incentivos eficiente, a semejanza del MOVES III, para mantener los compromisos adquiridos por las empresas con sus clientes.
Que los vehículos eléctricos hayan perdido estos incentivos, obliga a buscar una alternativa para no lastrar al mercado cero emisiones, pero mientras eso ocurre, los fabricantes tienen que apañárselas con estrategias de precios de sus modelos.
EN 2024 SOLO EL 5,6% DE LAS VENTAS FUERON COCHES ELÉCTRICOS
Por ejemplo, BYD, con su Dolphin, que es el modelo más barato de la marca. Este está marcado por un precio de 26.990 euros, gracias a una campaña comercial que reduce el precio oficial en 8.700 euros, para su acabado Comfort. El tope de gama, Design, tiene una rebaja de 8.900 euros (28.790 euros).
Igualmente, el Plan MOVES III ha sido hasta ahora la principal herramienta del Gobierno para incentivar la electrificación del parque automovilístico español.
Con subvenciones directas para la compra de coches eléctricos y para puntos de recarga, tanto a particulares como autónomos y empresas, el programa ha servido de impulso para que miles de conductores den el salto a la movilidad eléctrica.
SIN EL VISTO BUENO DEL CONGRESO TODO CAE
Sin el visto bueno del Congreso de los Diputados, todo cae y, con ellas, las ayudas del Plan MOVES III. Desde entonces, el clima político parece haberse olvidado de las ayudas a la compra del automóvil. Se habla de presentar, de nuevo, el mismo decreto ómnibus sin cambios o de votar por separado algunas cuestiones pero poco o nada se ha dicho de si renovar el Plan MOVES III es una de las prioridades.
Asociaciones automovilísticas como ANFAC, Faconauto o AEDIVE explican que este bloqueo legislativo hace imposible, según sus previsiones, el cumplimiento de los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que establece 5,5 millones de vehículos eléctricos en 2030, y pone en riesgo una inversión privada cercana a 60.000 millones de euros.
El comunicado emitido de forma conjunta por las asociaciones de fabricantes y de concesionarios expresa una gran «preocupación» y señala que estamos ante «el peor escenario posible que podía acontecer». En 2024, el parque de coches eléctricos español estaba todavía muy lejos del 13,6% europeo: solamente el 5,6% de los vehículos eran de este tipo. La falta de ayudas, como ha sucedido en regiones como Alemania, provocará que «las ventas se paralicen».
TRES VÍAS PARA EUROPA
Ahora se abren tres vías para Europa en materia de electrificación del automóvil. La primera es en la que nos encontramos actualmente, el integrismo y la imposición del coche eléctrico, con multas a los fabricantes de coches que no vendan suficientes eléctricos a final de este año, unas sanciones que podrían superar los 15.000 millones de euros.
El peor escenario que supondría la quiebra para algunos fabricantes, incapaces de vender más coches eléctricos porque no hay demanda real en el mercado.