Estas últimas semanas se han cumplido 10 años de los trágicos sucesos de Ayotzinapa en el estado mexicano de Guerrero. Unos hechos que acabaron con la vida de 46 estudiantes al ser supuestamente confundidos por el ejército mexicano como narcotraficantes y que desde el propio ejecutivo del país norteamericano ha sido considerado como un crimen de estado. 10 años en los que solo se han recuperado tres cadáveres y en los que el presidente Obrador, durante su mandato, no ha cumplido con la palabra de esclarecer los hechos.
En este sentido, la desaparición de los 43 normalistas está de nuevo de actualidad en el país azteca, donde lejos de cumplirse la promesas del anterior presidente del país, López Obrador, de encontrar y llevar ante la justicia a los culpables del caso se ha dedicado a entorpecer las investigaciones para salvaguardar al ejercito de algo que el mismo y su ejecutivo ha denominado como crimen de estado. Unas injerencias que van desde testigos falsos a la protección de la cúpula militar con el fin de estar al servicio del presidente siempre, según las familias que siguen luchando para encontrar la verdad.
A pesar de todo esto, Andrés Manuel López Obrador sigue en su táctica de negar todo y seguir hacia delante en estos sucesos. Por este motivos, ha destacado que no es un caso cerrado y que la investigación continuará con el próximo gobierno de Claudia Sheinbaum.
Algo que choca por los resultados de las investigaciones de estos últimos seis años, que no han resultado como prometió en 2018 el partido de Morena y su máximo mandatario por aquel entonces. Algo que está por ver, y en lo que hay recordar que el esclarecimiento de estos sucesos fue uno de sus puntos claves y promesa electoral que le llevo al triunfo electoral en el ya lejano 2018.
DESVIACIONES EN LA INVESTIGACIÓN
Entre lo más más doloroso del caso se encuentran los desvíos judiciales del ex mandatario para cubrir a la actual cúpula militar del país, que en parte se sospecha estuviera involucrada en la sangrienta acción. Unos movimiento encaminados a encubrir al ejército en una peligrosa maniobra política. Para ello el ya ex presidente de México acusa a periodistas, y a los abogados de los padres de las familias de los estudiantes asesinados y a varias organizaciones internacionales de ser los culpables de que el ejército sea responsabilizado por los hechos.
En su falsa y peligrosa acusación el ex mandatario mexicano omite de forma intencionada no solo el contenido del propio expediente del caso, en donde miles y miles de hojas prueban la participación directa de las fuerzas armadas. Unas investigaciones publicitadas por su gobierno en los medios y redes sociales propios. Además, también ignora las conclusiones de la propia Comisión de la Verdad del caso Ayotzinapa creada por su gobierno al inicio de su sexenio, presidida de 2019 a 2023 por el subsecretario de gobernación Alejandro Encinas, hombre de la máxima confianza de López Obrador
Entre los hechos más graves de López Obrador hay que señalar que una de sus últimas acciones directas de poder datan del pasado 25 de septiembre, a un día del décimo aniversario del fatídico hecho, en una misiva escrita por el propio ex presidente a los padres de familia reveló que desde hace dos años él mismo es el coordinador de las investigaciones del caso.
En esa carta se proyecta se asume como policía investigador, ministerio público, fiscal y juez. Relatando un largo y grave compendio de especulaciones y mentiras exonerando al ejército mexicano de su involucramiento en la matanza de ese día. Esa carta infiere en las quejas de los familiares de los asesinados que han visto como desde el gobierno mexicano se ha protegido de forma continuada a los militares sospechosos del asesinato con el fin de tener de parte gubernamental siempre al ejército. Una carta en la que acusa a las familias y entidades de derechos humanos de conspirar contra él y los militares del ejército mexicano.
DESESPERACIÓN FAMILIAR
La desesperación familiar es tal que las familias de los afectados, en muchos de los 43 casos, ya simplemente buscan poder enterrar los restos de los desaparecidos. Algo que ya parece cada vez más difícil. Desde el gobierno mexicano se ha acusado a los padres de estar manipulados por estas entidades de manipular a las familias para estar en su contra.
La prensa también ha sido objetivo en este sexenio de López Obrador y sus guardianes de Morena, especialmente la prensa de investigación que ha cubierto el caso. Publicaciones como Proceso y la propia Notimex, ya desaparecida, han sido acosadas con el fin de cerrar sus investigaciones que se dirigían hacia los militares. Un caso sangrante en la sociedad mexicana, 43 desparecidos, 10 heridos de bala y 3 muertos en una noche para la infamia del país azteca.