Alberto Garzón vuelve a hacer el «ridículo» con sus declaraciones desde consumo

El ministro de Consumo y coordinador federal de Izquierda Unida (IU) Alberto Garzón ha acusado al presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, de hacer «green-washing» después de que el avión privado del presidente de la compañía energética realizase cuatro viajes entre Madrid y Salamanca.

Alberto Garzón ha criticado este domingo en Barcelona, en un acto de campaña de Barcelona en Comú, partido de Ada Colau, el uso del avión privado del presidente de Iberdrola, el cual ha comparado con el servicio que hace un taxi. Puesto que el avión privado de José Ignacio Sánchez Galán, realizó cuatro viajes entre Madrid y Salamanca.

El coordinador federal de IU ha añadido que es: «una huella de carbono mayor de la que todos los que estamos juntos podríamos generar». Con lo que ha acusado a Sánchez Galán de «green-wahing», práctica de las empresas de confundir a los consumidores en cuanto a sus prácticas medioambientales.

Además, el ministro de Consumo ha cerrado su intervención con un mensaje contundente: «la crisis climática no es igual para todos». Unas declaraciones que se suman a la estrategia de señalamiento a grandes empresas españolas, como Inditex o Mercadona, que está llevando a cabo la izquierda en campaña.

Alberto Garzón durante un acto electoral de Barcelona en Comú/Europa Press

Alberto Garzón «olvida» el uso de aviones públicos

Las declaraciones del ministro, Alberto Garzón, son acertadas. Si a los ciudadanos se les exige utilizar menos su automóvil, o ahorrar en el consumo de electricidad o controlar su gasto de agua, no es de recibo que un alto cargo de una empresa que fomenta estas prácticas, utilice un transporte tan contaminante como un avión privado para realizar viajes de media distancia (214,3 km) entre Madrid y Salamanca.

La polémica surge cuando al coordinador federal de Izquierda Unida se le olvida criticar con tanta vehemencia el uso arbitrario del Dassault Falcon 900EX, o como lo conocemos más comúnmente, el Falcon de Pedro Sánchez, de carácter público. Que consume de media 267 galones por hora, lo que viene a ser unos 1010,7 litros de combustible.

La semana pasada, Pedro Sánchez acudió a Palma en avión público, haciendo uso privado del mismo. Ya que no se puede comparar acudir a una conferencia internacional entre líderes políticos, que asistir a un acto de campaña del PSOE en Baleares. Aquí tampoco dijo nada el ministro de Consumo.

Pero es que el mes pasado, el líder del Ejecutivo utilizó tanto el Falcon como helicópteros de las Fuerzas Armadas, para asistir a dos actos electorales. Uno en Barcelona y otro en Albacete.

En 2018, Pedro Sánchez utilizó junto a su mujer el avión presidencial, público, para asistir al Festival Internacional de Benicàssim (FIB) a ver un concierto de The Killers, el gobierno trató de solventar esta situación diciendo que el presidente acudió a este festival por: «por interés general del país».

Cómo olvidar también el viaje en Falcon de la ministra de Igualdad, Irene Montero, su jefa de Gabinete, Lidia Rubio, la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam y la coportavoz de Unidas Podemos, Isa Serra. Entre el 29 de junio y el 1 de julio del pasado año, y en el que visitaron lugares emblemáticos de Nueva York o Washington. Aquí el ejecutivo defendió que se trataba de una «obligación institucional», en cualquier caso Alberto Garzón también se olvidó de criticar lo que parecían unas vacaciones en los Estados Unidos.

Es cierto que vivimos una crisis climática que necesita de soluciones cuanto antes, pero también es cierto que si se va a criticar el uso de los altos cargos de los aviones privados, también es necesario criticar el uso privado de un avión público.