La Administración y la Inteligencia Artificial ponen en jaque el futuro del sector jurídico, según Alejandro Pintó Sala

  • El reconocido jurista aboga por la adaptación frente a la irrupción inmediata de las nuevas tecnologías en el ámbito legal

    A finales del pasado marzo, se consiguió alcanzar un acuerdo entre el Ministerio de Hacienda, el de Justicia y los Letrados de la Administración de Justicia para poner fin a una huelga con un impacto demoledor en el funcionamiento de los tribunales. Durante el tiempo que duró la misma, se suspendieron un total de 400.000 casos y audiencias; y a día de hoy, hay cerca de medio millón de demandas pendientes de ser gestionadas en los distintos órganos. La situación se agrava con la huelga en la que se halla inmerso el sector, en este caso de jueces y fiscales.

    Esta inestable situación que afecta de lleno al sistema judicial, así como la falta de acuerdos entre la Administración de Justicia y sus trabajadores, ponen de manifiesto la necesidad de encontrar alternativas y soluciones a través del uso de la tecnología aplicada al sector legal, expone Alejandro Pintó Sala.

    Es evidente que la evolución en el plano digital ha tenido consecuencias directas a todos los niveles de nuestra sociedad, desde lo económico hasta lo legal pasando incluso por la manera de comunicarnos como ciudadanos. Estos avances tan veloces han provocado en ocasiones la aparición de un cierto temor en el sector judicial por la incertidumbre que pudiera crear el hecho de que la inteligencia artificial pueda llegar a ser capaz en un futuro más o menos cercano de sustituir la figura del jurista.

    En opinión de Alejandro Pintó Sala, presidente del Economist & Jurist Group e ITTI High Tech Institute, la aparición de herramientas como ChatGPT realmente indica que los robots serán aliados en la labor de la profesión y, por lo tanto, es necesario comprender su funcionamiento y formarse en cuanto a las posibilidades que estos ofrecen, ya que estas tecnologías pueden ser útiles a la hora de preparar las exposiciones ante los tribunales, entre otras funciones. Los letrados que sean capaces de demostrar mejores competencias en el manejo de estas nuevas herramientas y sean rápidos para adaptarse a la nueva situación, serán los que experimenten el éxito en el futuro más próximo.

    De hecho, la implantación de nuevas tecnologías en el sector legal se antoja clave para enfrentar con garantías suficientes tanto los desafíos actuales como los futuros, como la suspensión de casos, audiencias y demandas, o la acumulación de trabajo en los juzgados, entre otros. La inteligencia artificial y la automatización de procesos podrán ser útiles a la hora de reducir el tiempo de espera en los juzgados y mejorar la eficiencia del sistema judicial, según defiende el anteriormente mencionado jurista.

    Tanto es así que las nuevas tecnologías han llegado para quedarse en el mundo jurídico, por lo que es conveniente adaptarlas como herramienta aliada en aras de mejorar el ejercicio de la profesión, así como de solucionar los problemas del sistema administrativo judicial. No se trata ya sólo de la evolución tecnológica general del ámbito jurídico, sino también de propiciar el impulso necesario para la formación de los diferentes profesionales del sector a título individual.

    Alejandro Pintó Sala es muy claro: “La imparable irrupción de este tipo de herramientas en el sector legal no es algo propio del futuro, sino del presente; y su desarrollo permitirá mejorar la eficiencia del sistema, reducir costes y propiciar que los procesos sean más accesibles y eficaces para toda la ciudadanía. Por ende, para lograrlo se antoja más necesaria que nunca una adaptación de todo el sistema judicial con formación incluida para mejorar las competencias en materia tecnológica de todos sus componentes”.