Fad traslada a la Reina Letizia los problemas de salud mental de los más jóvenes

La Reina Letizia se ha reunido esta mañana con representantes de distintas organizaciones sociales que trabajan en el ámbito de la salud mental, entre las que se encuentra Fad, en una audiencia en el Palacio de la Zarzuela. «No puede ser un tema tabú, ni un motivo de vergüenza para quien lo sufre», ha afirmado en el encuentro la directora general de Fad, Beatriz Martín Padura.

El objetivo de esta reunión ha sido analizar de forma conjunta cómo está afectando la pandemia al bienestar emocional de distintos colectivos, en especial jóvenes y población vulnerable; exponer proyectos e iniciativas que puedan contribuir a la mejora de la situación; y lanzar un mensaje de apoyo a los afectados y sus familias.

Además de Fad, a la reunión han acudido representantes de la Confederación de Salud Mental, la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER), Cruz Roja, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI); la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) y UNICEF.

Según datos del Ministerio de Sanidad, en España, una de cada diez personas mayores de 15 años ha sido diagnosticada con algún problema de salud mental y dos millones de personas toman ansiolíticos a diario. Y según el INE, doscientas intentan suicidarse cada día y diez de ellas lo consiguen. Para Martín Padura, «son datos devastadores que deben ser visibilizados».

«Muchas personas y familias están sufriendo, y más tras la pandemia. Es nuestra responsabilidad, así lo entendemos desde Fad, transmitirles que no están solos y que somos muchas las instituciones que ya estamos trabajando y poniendo en marcha servicios de apoyo, como en nuestro caso el SIOF (Servicio de Información y Orientación Fad)», ha añadido.

A juicio de Panura, «la evidencia científica nos dice que los trastornos mentales comienzan mayoritariamente durante la niñez y la adolescencia, especialmente a partir de los 14 años. Por eso es fundamental que trabajemos en su prevención e identificación desde estas edades».

Según datos de diferentes estudios del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, al ser preguntados por sus perspectivas de futuro, más de la mitad de los y las jóvenes (54,1%) creen que tendrán que trabajar en lo que sea, depender económicamente de la familia (43,6%) y estar en paro o con dificultades para encontrar trabajo (41,1%).

En el ámbito emocional, la excepcionalidad pandémica ha afectado al estado anímico de la juventud, aumentando significativamente sus fuentes de estrés: destaca particularmente el estrés con el trabajo/estudios y con la situación económica.

Así, al ser preguntados en concreto por los problemas psicológicos que han experimentado, alrededor de la mitad de jóvenes cree haber tenido algún tipo de problema psicológico a lo largo de su vida, de manera recurrente para 1 de cada 4.

Esta percepción de problemas es más alta entre las chicas, y es superior en los grupos de mayor edad. También es muy relevante que un 40% declara no haber recurrido a apoyo especializado, y una proporción similar tampoco lo ha compartido con nadie de su entorno. Formalmente, entre quienes cuentan con un diagnóstico, los problemas más frecuentes son la depresión y la ansiedad, y hay un porcentaje ligeramente superior entre las mujeres.

En el SIOF Joven de Fad –servicio gratuito y específico de salud mental puesto en marcha en marzo de 2020 para ofrecer apoyo emocional y social a jóvenes entre 15 y 29 años– se ha observado un claro crecimiento en el último año de las consultas relacionadas sobre todo con la ansiedad y el estrés.

CONFINAMIENTO Y JÓVENES

En el encuentro, el presidente de Salud Mental de España Nel González expuso los datos de los que dispone la confederación sobre la salud mental en España durante la pandemia, entre los que destacan que el 46% de la población española manifestó un aumento del malestar psicológico durante el confinamiento y un 44% señala que ha disminuido su optimismo y confianza.

Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), desde el inicio de la pandemia hasta la actualidad, un 6,4% de la población ha acudido a un profesional de la salud mental por algún tipo de síntoma, siendo el mayor porcentaje un 43,7% por ansiedad y un 35,5% por depresión. Más del doble de las personas que han acudido a estos servicios de salud mental son mujeres.

Según este mismo estudio, un 5,8% de la población ha recibido un tratamiento psicofarmacológico, entre los que destacan los ansiolíticos (un 58,7%) y los antidepresivos (41,3%). Durante el confinamiento, el 30% de las personas manifestó haber tenido ataques de pánico, el 25% se sintió excluida socialmente y el 55% sentía que no era capaz de controlar la preocupación. El mismo estudio señala que un 41,9% de las personas entrevistadas han tenido problemas de sueño, entre otros aspectos.

En el caso de las personas jóvenes, la población de los 18 a los 34 años es la que ha frecuentado más los servicios de salud mental, ha tenido más ataques de ansiedad, más síntomas de tristeza y han sido las personas que más han modificado su vida habitual debido a esta situación.

Además, en el caso de las personas que conviven con sus hijos o nietos, un 12,6% han buscado ayuda profesional en salud mental para solicitar ayuda para sus descendientes. Un 69,7% han acudido a profesionales de la psicología.

El coordinador de Cruz Roja, Antoni Bruel, explicó que sus servicios de teleasistencia han detectado que las personas que más han sufrido emocionalmente la situación han sido las personas mayores, en situación de soledad no deseada, y las más jóvenes, que han visto frustrados sus planes inmediatos de vida y cercenada su socialización por los iguales, algo tan necesario y fundamental en esta etapa de la vida. Por ello, propone una estrategia para la prevención, detección y atención de problemas emocionales y de salud mental, que incluye la formación del personal laboral y voluntario y un plan de acción.

Por su parte, para la presidenta del Comité de Estudios y Formación de UNICEF España y miembro de su patronato, María Ángeles Espinosa, el impacto de la COVID-19 ha puesto en evidencia la necesidad de que la salud mental sea una prioridad ineludible en la respuesta a la pandemia y la reconstrucción de la sociedad y urge a que España acelere el proceso de adopción de la Estrategia Nacional de Salud Mental cuyo borrador ya está en marcha.

Mientras, la AECC ha lamentado que la mayoría de pacientes y familiares no recibieron la atención psicológica que necesitaban durante la pandemia debido a que los recursos de sistema, ya de por sí escasos, se derivaron a cubrir las necesidades provocadas por la Covid.

La directora de FEDER, Alba Ancochea, ha señalado que más allá de las enfermedades raras que, ya de por sí, cursan con trastornos mentales, la problemática asociada a padecer una enfermedad rara genera afecciones en el estado de ánimo tres veces por encima del resto de la población. Concretamente la incertidumbre, el sentimiento de aislamiento, discriminación e indefensión son las fuentes más comunes de alteración del estado de ánimo. Por ello, se refirió también a la necesidad de apoyar al tercer sector y de generar estructuras para proponer el soporte social.

Por último, Ramón Rodríguez, representante del CERMI, confía en que 2021 actúe como punto de inflexión en la mejora y la ampliación de los recursos para intervenir y prevenir en la que será la principal causa de discapacidad en 2030: los problemas de salud mental. A juicio del CERMI, resulta imperioso priorizar la inversión en recursos para la prevención, la detección precoz y la intervención temprana, de calidad, en salud mental, tanto a nivel individual como familiar.