Según un estudio desarrollado por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), los europeos vivirán más años, pero muchos de ellos serán con una salud peor.
El trabajo, publicado en ‘Perspectivas Demográficas’ y que ha usado datos de los últimos 30 años, pide implantar políticas públicas que hagan frente a las «crecientes tasas de morbilidad que se avecinan en Europa».
Según la investigación, los futuros incrementos en esperanza de vida, eventualmente superando los 100 años, podrían suponer un «reto social mayúsculo» si vienen acompañados de incrementos de las enfermedades asociadas y, también, de la comorbilidad (personas sufriendo distintas enfermedades al mismo tiempo).
Además, la proporción de esperanza de vida vivida en mala salud suele ser mayor entre las mujeres y tiende a incrementarse en el tiempo.
El investigador Iñaki Permanyer ha pedido «recursos para reducir la morbilidad», ya sea a través de campañas preventivas que retrasen las edades de inicio de enfermedades o discapacidades, promoviendo estilos de vida saludables y entornos socioeconómicos inclusivos y sostenibles, o invirtiendo en tratamientos o innovaciones tecnológicas.
No obstante, España es uno de los países más longevos y porque la proporción de años vividos en buena salud es «alta» comparada con países de longevidad similar.
Por regiones, Europa central y oriental presenta los peores resultados mientras que el sur y el oeste del continente tienen los mejores indicadores, y Europa del norte mejora gradualmente.
En los países menos longevos en 1990, como Rusia y Letonia, más del 90% de los incrementos en esperanza de vida hasta 2019 fueron atribuibles a la esperanza de vida saludable, mientras que en los países más longevos en 1990, como Suiza y Francia, ese indicador fue del 60%.