Un estudio estima un 13% de mortalidad por COVID-19 en pacientes con cáncer vacunados

El primer estudio que evalúa las características clínicas y los resultados de los pacientes con cáncer totalmente vacunados que sufrieron infecciones por COVID-19 ha revelado siguen teniendo un alto riesgo de hospitalización y muerte.

El estudio, publicado en la revista ‘Annals of Oncology’, ha evidenciado que los pacientes totalmente vacunados que experimentaron infecciones tras la vacunación tenían una tasa de hospitalización del 65 por ciento, una tasa de ventilación mecánica o en la UCI del 19 por ciento y una tasa de mortalidad del 13 por ciento.

El estudio fue realizado por el Consorcio COVID-19 y Cáncer (CCC19), un grupo de 129 centros de investigación que ha estado siguiendo el impacto de COVID-19 en pacientes con cáncer desde el comienzo de la pandemia.

«Los pacientes con cáncer que desarrollan COVID-19, incluso después de la vacunación completa, todavía pueden experimentar resultados graves, incluyendo la muerte. Por ello, un enfoque multicapa que incluya el uso de mascarilla y el distanciamiento social, junto con la vacunación más la dosis de refuerzo, sigue siendo un enfoque esencial para el futuro inmediato», apunta Toni Choueiri, director del Centro Lank para el Cuidado Genitourinario en el Instituto del Cáncer Dana-Farber y autor principal del informe.

Los datos se recopilaron entre el 1 de noviembre de 2020 y el 31 de mayo de 2021, antes de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) recomendaran las vacunas de refuerzo para los pacientes con cáncer.

«Debido a que las medidas de inmunidad no se recogen de forma rutinaria en la atención clínica, no sabemos si fueron pacientes que montaron respuestas inmunes efectivas después de la vacunación; muchos datos emergentes han sugerido que los pacientes con cáncer, especialmente los cánceres de la sangre, no montan respuestas de anticuerpos protectores adecuados. Es importante señalar que muchos de los mismos factores que identificamos antes de la disponibilidad de la vacunación -la edad, las comorbilidades, el estado de rendimiento y la progresión del cáncer- parecen seguir impulsando muchos de los malos resultados», puntualiza otro de los líderes del estudio, Jeremy Warner.

El consorcio identificó a 1.787 pacientes con cáncer y COVID-19 para el estudio, la gran mayoría de los cuales no estaban vacunados. El número de vacunados en su totalidad fue de 54, y el 46 por ciento de los vacunados en su totalidad tenían niveles reducidos de linfocitos, las células T y B responsables de las respuestas inmunológicas a los virus.

La linfopenia se produce comúnmente en pacientes con cáncer que reciben anticuerpos monoclonales anti-CD20 o tratamientos con células CAR-T para tumores malignos hematológicos, incluidos el linfoma y la leucemia. El estudio parece corroborar las observaciones anteriores de que los pacientes con neoplasias hematológicas tienen un mayor riesgo de sufrir resultados graves a causa de COVID-19.

Sin embargo, los investigadores señalaron que el número de pacientes del estudio es demasiado pequeño para sacar conclusiones definitivas sobre los tipos específicos de terapias contra el cáncer que podrían estar asociados a las infecciones graves. Los pacientes sometidos a un régimen de tratamiento con corticosteroides también parecían ser más susceptibles de ser hospitalizados.