También conocida como jibia y choco, la sepia es la base para preparar grandes platillos con sabor a mar y bien puede disfrutarse frita, a la plancha o en un rico guiso con patatas. Este molusco con cuerpo en forma ovalada forma parte del recetario de la zona norte de España y de buena parte de la cocina mediterránea; y si bien, su sabor es muy demandado, cocinarlo perfecto, tiene su truco.
La consistencia de su carne suele ser muy parecida al calamar, y tal como sucede con este cefalópodo, para alcanzar el punto exacto, es necesario seguir algunos consejos.
No eches la sal antes de tiempo
Cuando añades sal a una pieza de proteína; seguramente has podido notar como esta favorece la liberación de jugos de la pieza.
Esto sucederá también con la sepia; y tal como te he comentado, la humedad solamente hará que quede dura o de consistencia desagradable. Añade la sal siempre al final de la cocción. Y si la preparación es a la plancha, lo más recomendable es hacer un rico aliño con algo de perejil fresco, ajo, aceite de oliva virgen extra y sal para añadirla justo al final.