Los presuntos intermediarios de los Pérez Maura intentaron venderles al ex jefe de campaña de Trump para sus gestiones

El empresario Adrián de la Joya y el abogado Enrique Maestre habrían maniobrado para intentar convencer a Ángel y Álvaro Pérez Maura de la necesidad de contar con Paul Manafort, el ex jefe de campaña del otrora presidente de Estados Unidos Donald Trump, para las gestiones que habrían hecho con el objetivo de impedir que el primero de los hermanos navieros fuera extraditado a Guatemala por un caso de corrupción.

Así se desprende de un extenso informe de la Unidad de Asuntos Internos del pasado mes de octubre, donde se recogen las conversaciones que diversos investigados en ‘Pit’, la pieza separada del ‘caso Villarejo’ sobre los Pérez Maura, mantuvieron en distintos chats de mensajería instantánea.

Las charlas que De la Joya, que habría puesto en contacto a los Pérez Maura con Villarejo, y el abogado de los navieros, Enrique Maestre, sostuvieron a lo largo de 2017 reflejan que estuvieron en contacto con Manafort, al que llaman ‘Tintoretto’, aunque no detallan para qué asuntos, y que lo veían como un posible activo en el problema de los hermanos, a los que apodan ‘ratones’.

El 31 de enero de ese año, hablan de una potencial reunión con Manafort para el próximo mes en Nueva York, donde ambos iban a estar esos días. «La reunión con Paul y su gente sería perfecto que fuese el 8 por la mañana», indica Maestre.

Pocos días después, el 11 de febrero, el abogado comenta a De la Joya que está terminando de recabar «los últimos datos». «El lunes te envió todo lo que pidió Paul», avanza, con lo que la reunión finalmente se habría producido.

Sin embargo, no es hasta agosto de ese 2017 cuando el nombre de Manafort aparece relacionado con los Pérez Maura. «Te acabo de mandar un ‘mail’ con un documento adjunto, leelo y entenderás por qué el ratón va a necesitar a ‘Tintoretto'», le dice Maestre a De la Joya.

El empresario le recomienda que mande el video al «ratón», pero Maestre discrepa. «No, eso parecería que se lo queremos vender… que venga él a comprar», espeta.

No obstante, De la Joya duda de que los Pérez Maura vayan a dar ese paso porque «se sienten muy seguros». «Se piensan que están blindados, son unos enanos mentales», coincide Maestre. «Son ratones», remata el otro.

Años después, en 2019, en otra conversación entre Armando Mateo, otro empresario cercano a los Pérez Maura, y Maestre queda claro que Manafort no habría llegado a interceder por los navieros.

«Lo más curioso», comenta Maestre en relación a una noticia que hablaba de que Manafort sí había intervenido en ‘Pit’, «es que Tintoretto jamás tuvo nada que ver con ese asunto y nosotros jamás nos reunimos con él por ese tema, sino por temas extranjeros, pocos y muy claros».

Además, añade para quejarse de lo malos pagadores que serían los Pérez Maura, «si conociesen mínimamente a los ratones sabrían que estos jamás pagarían los honorarios que se dice que cobraba el tal Tintoretto». «Se mueren antes», asegura.

‘TINTORETTO’, AL «HOTEL»

Debido a los negocios que Maestre y De la Joya habrían tenido con Manafort, y por los que se refieren a diversos pagos, ambos se pusieron nerviosos cuando éste fue citado por la denominada ‘trama rusa’.

«Acaba de decir la CNN que cita a Paul el fiscal especial del tema ruso en EEUU para interrogarle, esto no es nada bueno en estos momentos», valora el abogado en julio de 2017.

De la Joya se une al lamento de su compañero: «Si montamos un circo nos crecen los enanos». «A Tintoretto se le va a poner el pelo blanco, y más tinte, se lo va a gastar todo en abogados y pintura», añade jocoso.

Ya septiembre, en un tono más serio, Maestre advierte a su interlocutor. «Ojo con lo que recibes de Tintoretto porque, de acuerdo con Manny, va para el hotel (la cárcel) ya mismo», le avisa adjuntando otra noticia sobre Manafort y sus problemas con la Justicia estadounidense, por los que acabó siendo condenado.

De la Joya le tranquiliza. «No tengo comunicación con él, le voy a bloquear, de hecho, ya se ha entregado él mismo al FBI», apunta. «Así que, al hotel», concluye Maestre.