Los problemas oculares más comunes entre los jóvenes

El cuidado de nuestros ojos empieza desde la infancia. Cuando somos pequeños, los padres son quienes nos llevan a revisiones periódicas con el oftalmólogo a fin de prevenir el desarrollo de problemas oculares, pero, ¿estamos todo lo pendientes que debemos de nuestra visión a lo largo de la vida?

Tenemos aceptada la idea de que es normal que, con la edad, vayamos perdiendo visión. Sin embargo, hay muchos factores de riesgo sobre los que podemos incidir para prevenir daños acumulativos en nuestros ojos. Además, los jóvenes, y no solo los mayores, también son un colectivo afectado por los trastornos visuales, ya sea por defectos refractivos, especialmente comunes (como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo), o por enfermedades como el queratocono.

¿Cómo podemos prevenir los problemas de la vista?

A continuación, te damos una serie de consejos útiles, que podemos aplicar de niños a mayores, para proteger la visión y reducir las posibilidades de que muchos daños oculares vayan a más.

Utiliza gafas de sol

¿Te gusta el nuevo modelo de gafas de sol que ha salido al mercado? Si la respuesta es sí, asegúrate de que te haces con unas gafas con filtros homologados para disfrutar de los días soleados, en cualquier época del año. Además, si practicas actividades de montaña o esquí, es fundamental que protejas siempre tus ojos. La exposición solar intensa puede provocar daños en la córnea a corto plazo y, a la larga, acelerar el desarrollo de cataratas, entre otros problemas. Sin duda, es un buen motivo para comenzar a usarlas.

No fumes

Los fumadores, además de sufrir cataratas antes, también tienen más riesgo de degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y otras enfermedades que afectan a la retina y a distintas estructuras oculares. Siendo el consumo de cigarrillos perjudicial para muchos aspectos de nuestra salud, ¿por qué íbamos a dejar que siga deteriorando buena parte del organismo y también nuestra visión?

Buena alimentación

Las personas que hacen dietas ricas en vitaminas antioxidantes (como la C y la E) y ácidos grasos omega-3 suelen conservar mejor su vista que las que no lo hacen. Este factor preventivo al que apuntan diferentes estudios es una buena razón para que vigilemos más lo que comemos en el día a día, acompañando una dieta equilibrada con un buen descanso y la práctica de ejercicio físico regular.

Revisiones periódicas

Acudir a la clínica oftalmológica mínimo una vez al año, sobre todo en el caso de los niños, a partir de los 40 años, o en caso de ser diabéticos o tener otros factores de riesgo, permite que llevemos un mejor control de nuestra vista. Si somos jóvenes tampoco debemos descuidarnos, ya que algunas enfermedades oculares, como el queratocono, afectan principalmente a estas edades. Por tanto, en todas las etapas de la vida, revisarnos los ojos de forma regular es una buena estrategia para evitar sorpresas.

Antecedentes familiares

Varias enfermedades oculares son de origen genético o tienen un componente hereditario. Es por ello que debemos tener muy en cuenta cuáles son nuestros antecedentes familiares y de qué manera pueden afectarnos. Consulta con tus padres y/o abuelos si alguno de ellos ha tenido problemas de visión porque solo así sabrás de qué manera hacerles frente de forma más efectiva, anticipándote y actuando a tiempo.

Los problemas oculares en jóvenes deben tratarse desde el principio y es que, con independencia de la edad que tengamos, mantener nuestros ojos en el mejor estado posible evita que se agraven muchos daños.

La oftalmología, como cualquier otra ciencia de la medicina, está para cuidarnos y velar por nuestra vista, tan importante para el día a día.  Así que debemos vigilar la salud ocular de la misma manera que vamos al médico de cabecera, al dentista o nos hacemos análisis periódicos de sangre. ¿No te parece?