Los forenses ven «creíble» el relato de los menores que acusan de abusos a un cura de los Salesianos

Los forenses consideran «creíble» el relato de los menores que acusan de abusos sexuales a un cura de los Salesianos juzgado en la Audiencia Provincial de Pontevedra por hechos supuestamente sucedidos en un campamento de verano.

En la tercera sesión del juicio contra Segundo C.V., el sacerdote del colegio Salesianos de Vigo acusado de abusar sexualmente de varios menores de 16 años la Fiscalía ha modificado la acusación en uno de los casos de abuso eliminando la consideración de «continuado» y ha retirado los cargos respecto a uno de los menores con lo que la petición de condenas se refiere a cinco chicos.

Durante el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Pontevedra, este jueves la defensa del sacerdote llamó a declarar a numerosos jóvenes, aunque la mayoría de ellos no había participado en el campamento de verano organizado por el colegio María Auxiliadora de la congregación de los Salesianos, a través de la asociación juvenil Abertal.

Sí que habían acudido otros años como alumnos o como monitores pero nada pudieron aportar en relación a los hechos que se juzgan. Su declaración se limitó a reiterar que la relación del procesado con todos ellos era «cordial» y «estrecha».

Tres de los testigos de la defensa que sí participaron en el campamento del verano de 2019 aclararon que ellos no eran amigos de las víctimas y que estaban en otra habitación distinta. Uno de ellos explicó ante el tribunal que «recuerdo que un día unos chicos estaban muy mal, llorando, y que juntaron las camas» aunque en aquel momento no sabía lo que había sucedido.

Los letrados de la defensa también citaron a dos curas salesianos pero que no fueron a ese campamento, así como a padres de otros alumnos y familiares del acusado que hablaron en favor de éste.

«RELACIÓN DE CONFIANZA»

También comparecieron ante la sala por videoconferencia los peritos psicólogos del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) que evaluaron a las víctimas y que destacaron que su testimonio es «creíble» y que en él no detectaron «ninguna motivación espúrea, al contrario tenían una relación de confianza con la persona investigada».

Como consecuencia de estos hechos, los psicólogos apreciaron que algunos de los jóvenes sufrieron de trastorno de estrés postraumático o sintomatología de trastorno psicológico adaptativo de grado menos grave, con problemas de sueño (pesadillas), pensamientos recurrentes, recuerdos angustiosos, involuntarios e intrusivos del suceso, bajo rendimiento escolar, síntomas depresivos, sentimiento de estigmatización y desconfianza, alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas al suceso.

A ello sumaron comportamiento irritable y arrebatos de furia, hipervigilancia, problemas de concentración, por lo que algunos de ellos precisaron terapia psicológica a fin de poder entender, integrar y resolver la situación que sufrieron para que no le afectase a su desarrollo.

En sus conclusiones han destacado que «son indicadores propios de haber vivido una experiencia traumática en todos los casos». También negaron que el relato de los menores sea fruto de una «sugestión» como planteó la defensa del acusado. En el mismo sentido se manifestó una psicóloga que trató a los menores. En el caso de dos de los chicos se aportó un «test de credibilidad», una prueba que no se practicó con el resto de niños «para evitarles una victimización secundaria».

La defensa aportó la pericial de un psicólogo que evaluó al sacerdote, un informe de parte que se incorporó este martes a la causa y que sostiene que el cura «no tiene el perfil propio de un abusador». Los letrados de la acusación señalaron que este informe estaba incompleto algo que reconoció su autor.

El próximo lunes a las 11,30 horas la Sección Cuarta de la Audiencia acogerá la lectura de los informes de las partes, con lo que el juicio quedará previsiblemente visto para sentencia.