Cómo hacer unos caracoles a la madrileña para chuparte los dedos

Los caracoles son un verdadero manjar digno de las altas cocinas de Europa, son los favoritos en Francia e Italia, donde son considerados todo un platillo gourmet y en España son consumidos de forma bastante frecuente en diferentes bares y tabernas de Madrid, donde se les sirve en el menú junto a los calamares y los camarones al ajillo como parte importante en el tapeo. 

Rechazados por muchos comensales y altamente solicitados por otros, los caracoles resultan ser un alimento rico en nutrientes y proteínas de alta calidad. Anteriormente se les recogía en el campo y se les comercializaba en los mercadillos, donde eran comprados por todo aquel que apreciara su buena carne; sin embargo, representaban la posibilidad de terminar con graves intoxicaciones alimentarias.

Por fortuna al extenderse el consumo de la carne de caracol cada vez más, su demanda en aumento hizo que comenzaran a popularizarse las granjas para producirlos de manera más masiva y con mayores controles sanitarios.

Los caracoles de granja tienen un mejor sabor, son de un tamaño considerablemente mayor y cuentan con garantías sanitarias que eliminan los riesgos que puedan ser inherentes a su consumo de forma silvestre.

Bajos en grasas y calorías, pero altos en proteínas, los caracoles son altamente recomendados para las personas que desean bajar de peso sanamente y para deportistas de alto rendimiento.

Con esta receta de caracoles a la madrileña tendrás un rico y saludable platillo para compartir en familia.

Caracoles a la madrileña para chuparte los dedos

Cómo Hacer Unos Caracoles A La Madrileña Para Chuparte Los Dedos

Ingredientes 

Caracoles

Para la cocción de los caracoles

  • 2 Kg de caracoles
  • 1 cebolla 
  • 2 dientes de ajo
  • Sal al gusto

Para el sofrito

  • 1 cebolla mediana
  • 3 dientes de ajo
  • 1 tomate
  • 2 hojas de laurel
  • ½ cucharadita de cayena
  • Pimentón dulce
  • 200 gramos de chorizo
  • 200 gramos de jamón picado en dados
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

Preparación

Cómo Hacer Unos Caracoles A La Madrileña Para Chuparte Los Dedos

1.- Lava muy bien los caracoles, pásalos por agua salada para retirar el exceso de babas.

2.- Coloca los caracoles en una olla grande y cúbrelos con agua, lleva la olla al fuego, cuando notes que comienzan a salir del caparazón sube el fuego al máximo. Apenas el agua rompa a hervir, escúrrelos y llena nuevamente la olla con agua limpia.

3.- Lava la cebolla, retírale la piel y pícala en dos partes, pela los dientes de ajo y písalos ligeramente.

4.- Añade la cebolla, los ajos y una pizca de sal al agua de cocción de los caracoles y déjalos cocer por aproximadamente 2 horas.

5.- Pela y pica la cebolla en dados pequeños, pela los dientes de ajo y córtalos en láminas finas. Lava el tomate y rállalo finamente.

6.- En una sartén vierte un chorrito de aceite de oliva virgen extra e incorpora la cebolla y los dientes de ajo laminados. Añade también la pimienta de cayena y las hojas de laurel.

7.- Cuando observes que la cebolla está perfectamente pochada, agrega el pimentón, el jamón y el chorizo, sigue cocinando por 5 minutos.

8.- Transcurridos los 5 minutos, incorpora el tomate finamente rallado y déjalo cocer por 12 minutos.

9.- Cuando el sofrito esté en su punto, añade los caracoles con un poco de agua de su cocción (no demasiada) la intención es que la salsa quede bien espesita, así que evita verter mucho caldo.

10.- Sirve los caracoles y disfruta, aunque como los buenos guisos, los caracoles a la madrileña quedan mucho más sabrosos al día siguiente de haber sido preparados.

Trucos para unos caracoles a la madrileña perfectos

A La Madrileña

En esta receta se han utilizado caracoles vivos frescos, en caso de utilizar caracoles congelados, el tiempo de su cocción se reduce a 45 minutos.

Puedes añadir si lo deseas, una rebanada de pan de molde sofrita para aportar espesor a la salsa. Para ello, incorpora el pan frito junto al caldo de los caracoles en los momentos finales de la cocción.

Ventajas nutricionales de los caracoles

Beneficios

Los caracoles son parte importante dentro de la gastronomía mediterránea y son considerados como uno de los alimentos más exquisitos por los franceses, quienes lo conocen bajo el término francés escargot.

Según la región donde sean consumidos, será el método de cocción y preparación elegido. La carne de estos mariscos, (sí. Como lo lees, los caracoles son considerados mariscos) contienen excelentes ventajas nutricionales en comparación con otras fuentes animales de proteínas.

La carne de caracol es muy baja en grasas, en comparación con la carne de ternera o pollo, que contienen alrededor de 12% de grasa, los caracoles solo contienen un 0,5%. Así mismo, el aporte de calorías es de apenas 60 Kcal por cada 100 gramos  de su carne.

Las proteínas que aportan los caracoles son de alto valor biológico, contiene grandes cantidades de hierro, vitamina B12, selenio, magnesio y zinc; así mismo aunque no lo creas, los caracoles contienen también omega 3.

Tratamiento adecuado de los caracoles antes de cocinarlos

Antes De Cocinarlos

Aun cuando en la actualidad es común que los caracoles sean adquiridos bajo los controles sanitarios de las granjas en los que son producidos, muchos chefs recomiendan seguir una serie de pasos para garantizar aún más la grata experiencia de su consumo.

  • Es recomendable dejar a los caracoles en ayunas durante al menos una semana antes de prepararlos. En caso de preferirlo, es preferible alimentarlos solo con harina para que se logre eliminar los residuos que tengan en su organismo.
  • Pasarlos por agua fría con sal o un chorro de vinagre, es un paso obligatorio para eliminar toda la baba que les caracteriza, es recomendable repetir este paso las veces que sea necesario hasta que ya el agua salga lo más limpia posible.
  • Para garantizar que su carne sea fácilmente removible del interior de su caparazón, es necesario iniciar su cocción en agua fría. De colocarlos directamente en agua caliente, los caracoles se esconderán y será más difícil acceder a su carne al momento de comerlos.
  • Solo se debe subir el fuego una vez que los caracoles se asoman.

La espuma que se va produciendo en la superficie del agua de cocción debe ser retirada por completo.

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