Sanidad vuelve a abrir la puerta a comer en las aulas el próximo curso

El Ministerio de Sanidad ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de que las aulas de los colegios sean utilizadas como comedor el próximo curso, al tiempo que recomienda que se lleve a cabo una «alimentación saludable», según consta en un nuevo documento. «Es importante reforzar la posibilidad de utilizar las propias aulas para comer, de forma que se mantengan los grupos de convivencia estable», señala el texto.

Se trata de una nueva versión aprobada este martes por la Comisión de Salud Pública de las ‘Medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a COVID-19 para centros educativos en el curso 2021-2022’, documento que ya fue aprobado el pasado 19 de mayo en la reunión extraordinaria conjunta que se celebró de la Conferencia Sectorial de Educación y el Consejo Interterritorial de Sanidad.

En el nuevo protocolo aprobado este martes por Sanidad, se establecen recomendaciones y otras medidas que no estaban plasmadas en el documento de mayo pero que, sin embargo, sí recogía la versión de junio del año pasado, que guardan relación, sobre todo, con aspectos más sociales o saludables. El documento de mayo únicamente se centraba en: las medidas para limitación de contactos; de prevención personal; de limpieza, desinfección y ventilación del centro; y gestión de los casos.

De hecho, el nuevo documento establece un nuevo objetivo para la comunidad educativa: «Favorecer entornos escolares que contribuyan a mitigar los efectos de la pandemia por COVID-19 en la infancia y adolescencia, así como las desigualdades generadas por la crisis sanitaria y socioeconómica derivada».

ACTIVIDAD FÍSICA

Así, el texto incorpora recomendaciones de promoción de la salud para hacer frente a los efectos de la pandemia en la infancia y adolescencia. Entre estas recomendaciones, se encuentran que la población de 0 a 5 años realice actividad física varias veces a día, y que la población de 5 a 17 años realice al menos una hora de «actividad física moderada o vigorosa», y que se reduzcan los periodos sedentarios prolongados.

Del mismo modo, Sanidad aconseja que se incluya la actividad física en las actividades cotidianas de la vida diaria, a través del transporte activo, el juego o subir escaleras, entre otros, y que se realicen actividades al aire libre. En este punto, señala que «el ámbito escolar es idóneo para fomentar la actividad física», tanto en las clases de Educación Física como en el resto de la jornada escolar, poniendo de ejemplo el recreo, los momentos de descanso o el camino de ida y vuelta al colegio.

ALIMENTACIÓN: PROBAR VERDURAS Y PREPARAR COMIDAS

El documento también ofrece recomendaciones para llevar a cabo una «alimentación saludable», como aumentar el consumo de productos frescos, en especial frutas, verduras y hortalizas o reducir el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, sal y azúcares añadidos.

Dentro de esta serie de recomendaciones, Sanidad insta también a desarrollar actividades relacionadas con el huerto escolar (o visitar un huerto externo) que permitan a los niños identificar los alimentos y favorecer el conocimiento sobre la producción y la obtención de éstos». «Puede facilitar el probar verduras y hortalizas nuevas y permitir conocer la gastronomía autóctona en relación con la producción, la importancia de tomar alimentos de temporada y su asociación con celebraciones y tradiciones», añade el texto.

También se recomienda la participación del alumnado en «actividades que impliquen la preparación de la comida tanto en casa como en programas educativos», ya que puede contribuir a reducir la obesidad y mejorar las preferencias y actitudes a la hora de escoger una dieta saludable, según Sanidad.

DISTRIBUCIÓN «SALUDABLE» DE DEBERES

Con respecto al bienestar emocional de los alumnos, el documento sugiere una serie de actuaciones, como aquellas para fomentar el sentimiento de pertenencia a una comunidad, ya que puede prevenir la tristeza y el miedo; el desarrollo de Programas psicoeducativos que presten apoyo emocional a niños y adolescentes; el refuerzo de los servicios psicopedagógicos y de orientación de los centros educativos; y la posibilidad de disponer de tiempo libre de ocio, ya que para Sanidad es un factor protector que disminuye la probabilidad de sufrir ansiedad o estrés. Sobre esto último, aconseja «optimizar la coordinación para distribuir de manera saludable las cargas de trabajos escolares».

Por otro lado, el texto establece una serie de medidas relacionadas con el uso adecuado de pantallas y Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Entre las claves para un uso saludable de ambas, destaca el «tener unos horarios estructurados para las clases y comunicaciones», pues permite gestionar y limitar su utilización.

En este punto, recuerda la importancia de separar y respetar los espacios de aprendizaje y escolarización presencial y online de otros de ocio y descanso, garantizando tiempos con posibilidad de desconexión, tanto para el alumnado como para los educadores.

En segundo lugar, recuerda también la importancia de alternar las tareas y metodologías de trabajo que requieran del uso de recursos digitales con otras no digitales, y sugiere acudir a la elaboración de vídeos y otros productos audiovisuales para facilitar así el trabajo en equipo, el aprendizaje de valores, actitudes y comportamientos que promueven el cuidado de la propia salud y de la de los demás.