La OMS estudia los presuntos problemas de corazón tras recibir la vacuna de Pfizer

La Organización Mundial de la Salud (OMS) está estudiando los esporádicos casos de miocarditis y pericarditis que se han producido tras la vacunación con dosis de Pfizer frente a la COVID-19.

«Han llegado casos desde Estados Unidos e Israel hasta ahora. Seguimos investigando si es está relacionado con la vacuna o es parte de la distribución normal», ha avanzado la subdirectora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Acceso a Medicamentos y Productos Sanitarios, Mariângela Simão, en rueda de prensa este lunes.

Al respecto, el director Ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, ha tranquilizado a la población: «Si bien son notables y necesitan un seguimiento, solo para tranquilizar a la gente, que estos han sido casos leves autolimitados».

la La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha señalado que actualmente «no se puede establecer que exista una relación causal entre la aparición de miocarditis o pericarditis y la vacunación» contra la COVID-19.

El Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo (PRAC) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) inició esta evaluación tras conocerse una serie de casos comunicados en Israel. La mayoría de estos casos no fueron graves, se resolvieron en unos días y en su mayoría afectaron a hombres jóvenes (menores de 30 años), comenzando los síntomas unos días después de la administración de la vacuna, casi todos tras recibir la segunda dosis de la vacuna de BioNTech/Pfizer.

Estas patologías se presentan habitualmente en la población general, frecuentemente se relacionan con infecciones previas o con enfermedades inmunes. Su frecuencia de aparición en la población europea se ha estimado en 1 a 10 casos al año por cada 100.000 habitantes. La incidencia de miocarditis y pericarditis en España, estimada a través de los datos del Programa BIFAP, es de 11 casos anuales por cada 100.000 habitantes.

Los síntomas de miocarditis/pericarditis son variables, frecuentemente incluyen dificultad para respirar, palpitaciones que pueden acompañarse de ritmo cardiaco irregular y dolor precordial. Estas condiciones habitualmente mejoran por sí solas o con el tratamiento adecuado.

En este momento, Sanidad ha explicado que «los datos disponibles no permiten concluir que exista una relación de causalidad con la administración de las vacunas». «La miocarditis y pericarditis son patologías que se presentan con cierta frecuencia en la población independientemente de la vacunación», han justificado.

En cualquier caso, el PRAC sigue evaluando toda la información disponible y ha requerido información adicional a los titulares de la autorización de comercialización. Mientras tanto, recomiendan a los ciudadanos que «acudan al médico si en los días siguientes a recibir la vacuna apareciese dificultad para respirar, palpitaciones que pueden acompañarse de ritmo cardiaco irregular y dolor en el pecho».

EL MAYOR PERÍODO DE DESCENSO A NIVEL MUNDIAL EN TODA LA PANDEMIA

Por otra parte, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha celebrado que, a nivel mundial, el número de nuevos casos de COVID-19 notificados a la OMS «ha disminuido durante 7 semanas seguidas, lo que constituye la secuencia más larga de descensos semanales durante la pandemia hasta ahora».

Sin embargo, ha advertido de que, aunque los casos semanales son los más bajos desde febrero, las muertes «no están disminuyendo tan rápidamente». «El número de muertes notificadas la semana pasada fue similar al de la semana anterior», ha detallado.

En cualquier caso, ha apuntado uqe el descenso global «oculta un preocupante aumento de casos y muertes en muchos países». «El fuerte aumento en África es especialmente preocupante, porque es la región con menos acceso a las vacunas, los diagnósticos y el oxígeno», ha sostenido.

Además, Tedros ha acogido con satisfacción el anuncio de que los países del G7 donarán 870 millones de dosis de vacunas, principalmente a través del mecanismo COVAX. «Esto es una gran ayuda, pero necesitamos más, y las necesitamos más rápido. Más de 10.000 personas mueren cada día. Solo durante esta conferencia de prensa, morirán más de 420 personas. Estas comunidades necesitan vacunas, y las necesitan ahora, no el año que viene», ha defendido.

Así, ha esgrimido que «hay suficientes dosis de vacunas en todo el mundo para reducir la transmisión y salvar muchas vidas, si se utilizan en los lugares adecuados, para las personas adecuadas». «Hay que dar prioridad a los trabajadores de la salud y a las personas de mayor riesgo sobre las de menor riesgo», ha insistido.