¡No puedes errar ese gol! ¡Por Dios!

Hay días que no te sale ni una bien. También pasa que aunque hagas todo el esfuerzo el destino hace que no hagas tu trabajo. A este jugador le ha pasado de todo. Un ataque perfecto, un portero vencido y un poste que le juega una mala pasada. Aquí podemos confirmar que a veces la mala suerte te puede jugar una mala pasada.