Teresa Ribera ve fácil la vuelta de EEUU al Acuerdo de París

La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha celebrado que Estados Unidos haya «sobrevivido al boicot de la Casa Blanca» y ahora se ha convertido en una referencia de la «acción y de la narrativa» que tendrá «fácil» su vuelta al Acuerdo del Clima de París –del que se apeó el país norteamericano con la administración Trump– que es «fundamental ya» para todos los actores nacionales públicos y privados.

En un encuentro con miembros de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), Ribera ve «muy positivo» que actores de todo tipo siguen refiriéndose al Acuerdo de París –de cuya firma se cumplen este fin de semana cinco años– como «algo que les afecta».

Precisamente, considera que gracias a la «previsión y habilidad» de buena parte de los técnicos del departamento de Estado y de los funcionarios estadounidenses y a la empatía del resto de negociadores, a pesar del anuncio de salida del Acuerdo por parte de su presidente, Donald Trump, durante estos años han mantenido presencia en las negociaciones, lo que les permite ahora entender y compartir el desarrollo de reglas del citado acuerdo climático. Esto, según la ministra hace «fácil el retorno para la administración federal americana».

Es, según ha manifestado, «muy importante desde un punto de vista práctico» para hacer posible su vuelta al Acuerdo de París contra el cambio climático como ha anunciado el presidente electo, Joe Biden, y el enviado especial, John Kerry y recuperar «el tiempo perdido rápidamente».

Precisamente, considera que en este momento es «capital» que la Unión Europea, por su parte, culmine los objetivos y los tiempos para presentar un nuevo compromiso revisado en la lucha contra la emergencia climática. Esto, precisamente es uno de los puntos de discusión en el Consejo de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que se celebra este jueves y viernes en la capital belga.

Ribera ha recordado también el primer aniversario de la COP25, la Cumbre del Clima de Chile que finalmente se celebró en Madrid de la que ha destacado que aún siendo conscientes del desafío desde el punto de vista diplomático, para España, ser anfitriones de un evento de estas características puso después de manifiesto «lo importante que fue que se celebrara, con todo lo que ha venido después».

Precisamente todo «lo difícil» de este 2020 refuerza en su opinión, la idea de que fue importante no dejar caer Chile a la espera del año siguiente y ha destacado los avances que se lograron en la configuración de la agenda climática.

Ahora, califica de «muy significativo» que la realidad del cambio climático ha cobrado peso y «afortunadamente ha cobrado peso que es imposible volver al modelo previo».

«Cualquier hoja de ruta de recuperación pasa por una activación de las palancas de transición ecológica, energética, de construcción de resiliencia frente al cambio climático, pero también de una recuperación del protagonismo de la cooperación internacional. Esto vale para las vacunas y para la acción climática internacional», ha defendido ante los periodistas ambientales.

RAZONES PARA EL OPTIMISMO

En cuanto a España, ve «muchas razones para el optimismo» y ha puesto de ejemplo el cierre del parque térmico de carbón en 2,5 años a pesar de suponer una reconversión industrial «muy dolorosa para muchas personas de muchas comarcas», pero que era «antieconómico». Además ha citado los esfuerzos del sector privado, como el financiero en la transformación del modelo y lo difícil que es «romper décadas» en las que estos asuntos no eran percibidos de esta manera.

Por ello, celebra que se ha avanzado «muchísimo», aunque advierte de que la lucha contra el cambio climático no es una carrera lineal sino progresiva que requerirá acelerar su ritmo una vez que las dos o tres primeras etapas ya se han asentado.

En ello, ha señalado que jugarán un papel importante los fondos para la recuperación económica y asegura que buena parte de las líneas maestras van en esa dirección de concentrarse en lo que tiene un mayor potencial tractor para evitar volver al pasado. «Las sendas pueden variar, pero el proyecto debe ser congruente en su conjunto», ha insistido.

Por otro lado, respecto al alineamiento de los compromisos de España en la lucha contra el cambio climático, Ribera ha asegurado que cumplen con creces el compromiso europeo de reducir las emisiones en un 40 por ciento de aquí a 2030 pero, asimismo, están por encima del muy posible compromiso que pueden adoptar mañana los Veintisiete de elevar esta ambición hasta el 55 por ciento. La ministra ha dicho que cuando se diseñó el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y la Ley de Cambio Climático que está en tramitación parlamentaria, ya se diseñó teniendo en cuenta la posibilidad de este incremento de la ambición europea.

«España cumple, tanto en la situación actual de -40% con los primeros análisis de impacto del reparto de -55%. No es que nos debamos conformar. Por eso decimos «al menos» en el PNIEC, porque debemos buscar sendas progresivas, pero debemos explicar bien como lo hacemos», ha concluido.

Por ello, ha sacado pecho de que «en estos momentos» España tiene un nivel de responsabilidad «muy alto» lo que explica, en su opinión, que al país se le destaque como «especialmente interesante y ambicioso y un motor de la transformación verde en Europa».

Por último, respecto a la biodiversidad, confía en que en 2021 se pueda cerrar un «acuerdo estupendo» para los océanos que beneficie la conservación y la preservación de glaciares antárticos.