Puigdemont define como «pactismo mágico» apoyar los PGE

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha criticado lo que considera «pactismo mágico», en alusión velada al apoyo de ERC y PDeCAT al Gobierno para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

En un artículo de opinión publicado por ‘La Vanguardia’ y recogido este domingo por Europa Press, defiende que el cumplimiento de acuerdos anteriores por parte del Estado es una condición necesaria para firmar nuevos.

Considera que el ‘pactismo mágico’ «se anuncia como un remedio que predispone la cura de casi todos los males», una cura que nadie se explica, y cuyo producto ha sido recibido con entusiasmo por el Estado, dice.

Puigdemont entiende que la experiencia y conocimiento acumulado de Cataluña no se ha aprovechado por los responsables políticos, que han intentado inventar o innovar en las relaciones con el Estado «con la ingenua esperanza de ser los que resolverían el pleito».

CATALANOFOBIA VS PATRIOTISMO

Además, cree que «el peso de los legados del conde-duque de Olivares, Felipe V, Primo de Rivera y Franco», entre otros, recae sobre una retahíla de ministros, funcionarios, jueces y servidores del Estado, leyes y decretos, y determina la posición del espacio político, algo que ha calificado de catalanofobia, mientras que para los anteriores –defiende– es patriotismo.

Puigdemont ha calificado al Estado de «maquinaria de poder que actúa como un sistema experto» en el que no importa la ideología o el poder concreto que tienen las personas que lo representan, según él.

Sostiene que, cuando un juez sentencia, no lo hace sirviéndose de un amparo legal, sino «con el aval de todo un sistema que ha refinado la persecución a una nación minoritaria», por lo que ve extremadamente arriesgado adentrarse en los acuerdos con el Estado sin tomar precauciones, añade.

Por tanto, ha afirmado que las mejoras que el catalanismo pueda obtener «nunca serán a cuenta del debilitamiento del poder del Estado», con lo que cualquier otorgamiento de autogobierno estará siempre vigilado, según Puigdemont, por los tres poderes del Estado.

EVITAR LA «DERROTA PERMANENTE»

Ha argumentado que «el catalanismo ha descuidado de manera demasiado ligera la construcción de su propio sistema experto», a diferencia del sistema vasco, y que la lógica con la que se han encarado las relaciones con el Estado desde Cataluña les ha condenado literalmente a una derrota permanente.

Para él, hay que poner en práctica la estrategia para conseguir un Estado propio, guiada «por amplias y crecientes mayorías electorales», y aprender de las experiencias pasadas, como la del 1-O, que fue, en palabras del expresidente, un chorro de esperanza que cambió Cataluña y las relaciones con el Estado.