La dirección del centro ha presentado su proyecto de accesibilidad con el que buscan que cualquier persona con o sin discapacidad pueda disfrutar de la visita sin ningún tipo de limitación.
El pasado viernes todo el mundo celebró el Día de los Museos, una efeméride que nos recuerda la importancia que tienen estos espacios que tratan de transmitir ante todo cultura a la sociedad. Arte, historia, naturaleza o mundo ferroviario son algunas de las temáticas que más rápido se nos vienen a la cabeza y que se materializan en el Museo del Prado, el Thyssen, el Reina Sofía, el Museo Nacional de Ciencias Naturales o el Museo del Ferrocarril en Madrid.
A la hora de llegar a los museos no es raro encontrarse colas con cientos de personas esperando ansiosas para entrar a contemplar un cuadro, una maqueta o un documento antiquísimo. Sin embargo, a la hora de analizar a cada visitante, el porcentaje de personas con discapacidad que asisten a los museos es muy limitado, ya que la mayoría de ellos no es accesible o tiene actividades que permitan ver y oír a aquellos que no pueden por una discapacidad.
Esta preocupación llevó hace varios años al Museo Nacional de Ciencias Naturales a organizar actividades dirigidas a los usuarios del Tercer Sector con el fin de hacer de este espacio de la naturaleza y de la evolución humana y animal un centro de conocimientos de todos y para todos.
Hace unos días los responsables del museo presentaron ‘Ver con las manos, escuchar con la mirada, sentir con los recuerdos y aprender sin limitaciones. El MNCN, un museo accesible’, un proyecto con el que buscan que cualquier persona, con o sin discapacidad, pueda realizar la misma visita sin ningún tipo de limitación.
“Hoy es un día especialmente feliz para el museo porque hemos cumplido un sueño que no finaliza aquí su recorrido, sino que comienza su camino ahora”, manifestaba la vicedirectora de Comunicación y Cultura Científica del museo, Pilar López García-Gallo.
Como explicaba su director, Santiago Merino, “para ser un museo del siglo XXI tenemos que llegar a todo el mundo”, siendo este uno de los principales lemas que los ha llevado a apostar por este proyecto que está siendo financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y que les ha convertido en uno de los museos referentes en accesibilidad del panorama nacional.
Para llevar a cabo este plan (que comprende la instalación de bucles magnéticos en los puestos de información, en la taquilla y en un aula educativa, la adaptación a lectura fácil de la cartelería de dos exposiciones, la incorporación de una educadora conocedora de la lengua de signos y la instalación de una estación táctil) el museo ha contado con la colaboración de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), la ONCE y Plena Inclusión, organizaciones del Tercer Sector que son conocedoras de las limitaciones que existen en muchos espacios públicos.
Ver, escuchar, aprender y recordar
Como explicaron Rocío de Iriarte y Marta Fernández, dos de las personas encargadas de este proyecto, éste se divide en cuatro fases: ‘Ver con las manos’ dirigido a personas ciegas, ‘Aprender sin limitaciones’ para personas con discapacidad intelectual, ‘Escuchar con la mirada’ para personas sordas y ‘Sentir con los recuerdos’ para personas con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Cada una de estas acciones, algunas de ellas ya se vienen realizando desde hace unos meses, se organiza con una planificación distinta, desarrollándose algunas de ellas en el aula formativa y otras dentro de la misma exposición.
Cabe destacar entre ellas la estación táctil, instalada recientemente, donde las personas ciegas pueden ‘ver’ a través del tacto distintos cráneos de dinosaurios impresos en 3D que cuentan con cartelas en braille y una audioguía descriptiva.
Asimismo, los paneles explicativos en lectura fácil en las exposiciones ‘Fauna del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama’ y ‘Biodiversidad Doméstica’ permiten que cualquier persona con discapacidad intelectual pueda realizar la visita de forma independiente sin necesidad de ser asistido por un guía de sala.
Estas mejoras en accesibilidad e inclusión, junto a la instalación de los bucles magnéticos, hacen del Museo de Ciencias Naturales un espacio para toda la ciudadanía sin ningún tipo de barreras. Además, en aras de seguir apostando por la accesibilidad, en las próximas semanas el museo comenzará una serie de obras que ayudarán a que sus espacios se conviertan en sitios plenamente accesibles con el fin de que todos puedan disfrutar de la fauna y flora allí expuesta, así como de las distintas exposiciones sobre la evolución animal y humana.