Un jugador de póker pasa un mes encerrado en un baño a oscuras por 100.000 dólares

«Un día estaba yo en el Bellagio y vi que un chico estaba sentado en una mesa con unos 40.000$ delante de él y esperando a que alguien le diera acción. Me senté y empezamos a jugar. El tipo me cayó tan bien y tuvimos conversaciones tan interesantes, que seguimos jugando durante dos días. En un momento dado, le solté una pregunta que suelo hacer a menudo: ‘¿Cuánto tiempo crees que podrías estar en una habitación oscura sin interacción humana?'», preguntó  Rory Young a Rich Alati, dos jugadores de Póker que se conocieron en una mesa de La Vegas a finales del año pasado, tal y como informó en ‘pocketfives.com‘. Alati aceptó el reto.

De esta manera comenzó la arriesgada apuesta el pasado mes de noviembre. Los jugadores alquilaron una habitación y sellaron el baño para que entrara luz, posteriormente, Alati se recluyó en el interior. A medida que pasaban los días, el recluso parecía aguantar sin problemas, mientras que Young veía peligrar su cuenta corriente. Así el día 20 de diciembre, ambos jugadores, de mutuo acuerdo decidieron poner punto y final a la puesta por una cantidad de 62.400 dólares, el equivalente al tiempo transcurrido.

El yoga y la meditación fueron claves durante el encierro, tal y como comentó el ganador en una entrevista a The Action Network’. Según el testimonio de Alati el proceso fue duro y durante el mismo sufrió alucinaciones en las que veía todo tipo de luces, ventanas que no existían y hasta un tren.

“Solo tuve que convencerme de que no era real (…) las alucinaciones no se detuvieron, pero simplemente quité el miedo de la ecuación y comencé a abrazarlo. Cuando veía la habitación llena de burbujas blancas me decía a mí mismo ‘sé que esto no es real, pero voy a aceptarlo’ y tuve una divertida fiesta de burbujas”, aseguró.

Durante el aislamiento, el recluso dormía entre 6 y 12 horas diarias y seguía una estricta rutina. “Me despertaba y me daba un baño, luego una ducha, comía, hacía yoga, meditaba y comía de nuevo. También hice ejercicio de forma creativa. Hice flexiones con inclinación sobre la bañera o saltos desde la repisa”, relató.

El proceso quedó documentado por una productora que se interesó por el envite y colocaron cámaras infrarrojas para grabar todo lo que acontecía en el baño de la habitación. Además de las cámaras instalaron un altavoz para que los apostantes pudieran comunicarse. A través de este interfono, a los 15 días de apuesta, Young ofreció a Alati terminar con el reto a cambio de 50.000 dólares. Alati se rió y se negó a abandonar la habitación.

Días más tarde, Rich hizo una contraoferta: saldría a cambio de  75.000. Tras una dura negociación, cerraron el trato en 62.400 dólares.

Cuando salió del baño, el ganador se vio obligado a utilizar gafas de sol para proteger sus ojos, habituados a la oscuridad del habitáculo. “Sufrí un poco que choque cultural. Sabía cómo hacer todo, simplemente lo olvidé”, detalló en otra entrevista a ‘The Guardian. “Tardé en entender que no podía empezar a hacer flexiones en una bañera gente a la gente o que no podía caminar sin ropa interior”, matizó.