‘Doomscrolling’ y ‘scroll’ infinito, las técnicas de las redes sociales que provocan un grave deterioro mental

El Oxford University Press escogió la expresión ‘brain rot’ como la palabra del año 2024 para referirse a las redes sociales. Y lo más cerca que tiene el español es algo mucho más largo y menos pegadizo: podredumbre mental. Probablemente ‘cerebro frito’ o ‘materia basura‘ serían ideas vecinas.

El diccionario británico lo define como «el supuesto deterioro del estado mental e intelectual de una persona, visto especialmente como resultado de un sobreconsumo de material en línea considerado trivial o no estimulante».

EL ALTO CONSUMO DE LAS REDES SOCIALES PUEDE REDUCIR LA MATERIA GRIS DEL CEREBRO (ATENCIÓN, MEMORIA Y TOMA DE DECICIONES)

En redes, el término ‘brain rot’ se utiliza también para definir precisamente a ese material trivial o no estimulante, es decir, al ‘detritus’ digital al que uno acaba llegando cuando pasa más de dos minutos haciendo scroll en una red social.

Y el ejemplo más claro que se está dando estos días son los llamados vídeos de Skibbidi, unos vídeos feístas y de humor absurdo que crea en YouTube el animador Alexei Gerasimov y que consumen sobre todo niños y adolescentes. 

Es ahí que las investigaciones indican que el alto consumo puede reducir la materia gris del cerebro (tejido que contiene los cuerpos celulares de las neuronas y es responsable de funciones cognitivas), debilitando la atención, la memoria y la toma de decisiones.

Redes Sociales Scroll Atención
Redes Sociales Scroll Atención

En cuanto al término ‘doomscrolling’ doom significa condena, perdición. Mientras que scrolling es el acto de desplazarse hacia abajo en las redes sociales, ya sea el feed o las historias de Instagram, los vídeos de TikTok, las publicaciones de Facebook o X. Y estas dos palabras juntas hacen referencia a pasar horas y horas consultando información negativa en internet.

@dr.larosa 📱🧠 ¿Te sentiste atrapado alguna vez en una burbuja de contenido en redes sociales? Lo que ves en tus plataformas no siempre refleja la realidad, sino lo que el algoritmo cree que querés ver. Esto puede afectar no solo cómo entendemos la política o la salud, sino también cómo reforzamos nuestras creencias y limitamos nuestra perspectiva. 🌍❌ ➡️ El ejercicio clave: Salí de tu zona de confort digital. Explorá contenido que no buscarías normalmente para romper con el sesgo de confirmación y desafiar tu forma de pensar. 🌀👀 🔬 En ciencia y en la vida, es fundamental cuestionar y buscar lo opuesto para crecer y entender mejor. 🌟💡 #RedesSociales #Algoritmo #SaludMental ♬ sonido original – Doctor La Rosa

Teniendo en cuenta esto, las redes sociales utilizan el ‘doomscrolling’ para que los usuarios de las redes sociales sientan la necesidad de consumir información, pues los algoritmos comprenden que los temas escandalosos, exclusivos y sorprendentes atraen mayor atención de los usuarios y estos se vuelven dependientes de ellas.

SE VINCULA A UN AUMENTO EN LOS NIVELES DE FRUSTACIÓN Y AGOTAMIENTO MENTAL

El resultado es una búsqueda constante de gratificación inmediata, lo que incrementa el riesgo de dependencia y afecta la capacidad de concentración y la productividad. Este ciclo perpetuo no solo promueve el consumo de contenido, sino que también está vinculado a un aumento en los niveles de frustración y agotamiento mental. El impacto de estas prácticas es tan profundo que los expertos ya se refieren a él como ‘cerebros tostados’.

Según Tristan Harris, exencargado de ética del diseño en Google, las plataformas tecnológicas están diseñadas para explotar emociones humanas fundamentales, como el miedo y la ira, con el fin de mantener nuestra atención.

Esta estrategia ha resultado en una disminución alarmante de nuestra capacidad de concentración. Investigaciones de la Dra. Gloria Mark indican que, en 2004, el promedio de atención en dispositivos era de dos minutos y medio. Para 2023, este tiempo había caído a solo 47 segundos.

CÓMO LIMITAR EL USO DE DISPOSITIVOS Y RECUPERAR EL CONTROL

De todas formas, y si bien el panorama digital parece abrumador, existen maneras de recuperar el control sobre nuestra salud mental.

Limitar el uso de dispositivos durante las primeras horas del día y antes de dormir, desactivar notificaciones innecesarias y dedicar tiempo a actividades fuera de línea, como leer o socializar, son pasos esenciales.

Además, considerar descansos digitales regulares, como días sin tecnología, puede ayudar a reducir el impacto del consumo excesivo de información en nuestras mentes. El primer paso para frenar este ciclo es reconocer los efectos perjudiciales de estas prácticas de las redes sociales. Con conciencia y acción, es posible recuperar el bienestar en un mundo cada vez más digitalizado.