La FEV aprueba la actualización de su Plan de lucha contra el cambio climático en el viñedo

La Comisión Ejecutiva de la Federación Española del Vino (FEV), reunida en Bodegas Protos (Peñafiel), ha aprobado este miércoles la actualización de su Plan de actuación para impulsar la lucha contra el cambio climático en el viñedo para los próximos cinco años, hasta 2029.

Este plan, cuya primera versión se elaboró en 2018, tiene como principal objetivo establecer medidas de adaptación sectorial enfocadas a paliar los efectos del cambio climático en el viñedo español y poder garantizar, no solo una materia prima de calidad, sino la sostenibilidad del sector tanto a medio como largo plazo.

Con esta actualización para el periodo 2024-29, además de ampliar la información técnica sobre las distintas medidas de adaptación y mitigación al cambio climático, se recoge una ordenación de los ejes prioritarios y sus objetivos, e identifican de forma preliminar algunas líneas de actuación. Asimismo, hace un balance de las acciones llevadas a cabo en el anterior Plan de Actuación y, de cara a facilitar su seguimiento futuro, se definen indicadores específicos para cada nueva línea de trabajo, identificándose asimismo las principales vías y propuestas de financiación posibles.

ADAPTACIÓN DEL VIÑEDO AL CAMBIO CLIMÁTICO

Una de las principales prioridades del Plan es la adaptación del viñedo al cambio climático. Para ello, se han identificado diversas estrategias, como la selección de variedades de vid más resistentes a las condiciones climáticas adversas, la implementación de técnicas de riego eficientes y el uso de cubiertas vegetales en los viñedos. Estas medidas buscan no solo mitigar los efectos del cambio climático, sino también garantizar la calidad y la sostenibilidad de la producción vitivinícola.

Además, el Plan también contempla la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan monitorear y gestionar de manera más eficiente los recursos hídricos y energéticos en las bodegas. Esto incluye el uso de sensores y sistemas de control que optimicen el consumo de agua y energía, así como la implementación de energías renovables en las instalaciones.

La formación y capacitación de los viticultores y enólogos también juega un papel fundamental en el éxito de este Plan. Se prevé ofrecer programas de formación especializada en técnicas de adaptación al cambio climático, lo que permitirá a los profesionales del sector adquirir las habilidades y conocimientos necesarios para enfrentar los desafíos que plantea el cambio climático.

MITIGACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL

Además de la adaptación, el Plan también se enfoca en la mitigación del impacto ambiental de la actividad vitivinícola. Una de las estrategias clave es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que se logrará a través de la optimización de los procesos productivos, la implementación de prácticas agrícolas sostenibles y la adopción de tecnologías más eficientes.

Asimismo, el Plan contempla la promoción de la economía circular en el sector. Esto implica el reciclaje y la reutilización de los residuos generados en la producción de vino, así como la valorización de los subproductos para su uso en otros sectores. De esta manera, se busca minimizar la huella ecológica de la industria vitivinícola y contribuir a la sostenibilidad ambiental a largo plazo.

La comunicación y la sensibilización también juegan un papel fundamental en este Plan. Se prevé llevar a cabo campañas informativas dirigidas tanto a los consumidores como a los profesionales del sector, con el objetivo de fomentar una mayor conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad en la industria vitivinícola.

FINANCIACIÓN Y COOPERACIÓN INTERSECTORIAL

Para hacer realidad este ambicioso Plan de Acción, la FEV ha identificado diversas fuentes de financiación y vías de cooperación intersectorial. Por un lado, se buscará aprovechar los fondos públicos disponibles, como los programas de ayudas a la innovación y la transición ecológica. Por otro lado, se fomentará la colaboración con otras organizaciones del sector agrícola y alimentario, lo que permitirá desarrollar proyectos conjuntos y compartir conocimientos y buenas prácticas.

Además, la FEV se compromete a involucrar activamente a las administraciones públicas en el desarrollo e implementación de este Plan. Esto incluye la coordinación con los organismos competentes en materia de medio ambiente, agricultura y energía, con el fin de alinear las estrategias y optimizar los recursos destinados a la lucha contra el cambio climático en el sector vitivinícola.

En resumen, la actualización del Plan de Acción de la FEV para combatir el cambio climático en el viñedo demuestra el compromiso del sector vitivinícola español con la sostenibilidad y la adaptación a los desafíos climáticos. A través de un enfoque integral que abarca la adaptación, la mitigación y la cooperación, la industria del vino en nuestro país se posiciona como un referente en la transición hacia una economía más verde y resiliente.