Riders de Glovo y Uber avisan del exceso de repartidores para el verano en Madrid

Los trabajadores de Glovo y Uber Eats no enfrentan pocos desafíos. La realidad es que al ser autónomos, ni siquiera las empresas para las que trabajan hacen un esfuerzo para cuidarlos, y para que puedan mantener la facturación que necesitan para que realmente sea viable trabajar como repartidor a tiempo completo, algo cada vez más común a pesar de la idea original de este tipo de plataformas de que los trabajadores la usaran como un segundo trabajo o una forma de generar el sobre sueldo. 

Pero el manejo que han tenido las plataformas de los «riders» ha llevado a que, según los propios repartidores, haya demasiados en algunas ciudades. El permitir cuentas alquiladas por inmigrantes sin papeles, el trabajo de los «hackers» que desbloquean cuentas o directamente el deseo de las empresas de aumentar sus flotas para poder competir con los tiempos de entrega terminan creando un mercado donde algunos repartidores señalan hasta 5 horas de espera, que se pueden alargar más si el rider usa herramientas para mejorar la facturación como el multiplicador. 

En esa situación, los riders en Madrid se acercan a una de las épocas más complicadas para su trabajo: El verano. La cantidad de residentes de la ciudad que viajan y el buen clima que invita a salir a la hora de la comida a buscar una terraza reducen el número de pedidos, si a eso se suma la complicada labor de trabajar como repartidores en bicicletas bajo las altas temperaturas de la época estival. Por ello muestran la preocupación de que esta compleja situación empeore por el exceso de personas en las flotas, y que el verano sea un castigo de varios meses para los trabajadores.

Europapress 5483785 Repartidor Uber Eats Moto

La realidad sigue siendo que no hay demasiada preocupación por este tipo de trabajadores. Aunque sin duda desde el Gobierno se ha hecho un esfuerzo de obligar a cumplir con la Ley Rider, un punto de honor para la ministra de Trabajo y vicepresidenta primera, Yolanda Díaz, realmente los trabajadores más afectados son los que no solo no cumplen con la ley, sino que muchas veces ni siquiera cumplen con el reglamento de Glovo y de Uber Eats, usando la cuenta cedida por un conocido sin cumplir con las exigencias legales de la plataforma, pero que necesitan este trabajo para generar un ingreso. 

De momento las fechas veraniegas se acercan y no se ve una solución. Al mismo tiempo ya hay voces entre los riders de Glovo y Uber Eats que empiezan a pedir que se tome la medida de contratarles, precisamente para evitar estos excesos, aunque es evidente por la forma en que estas empresas han actuado que si pueden evitar este aumento en los costos, que se traduciría también en un aumento en los precios para el consumidor, lo harán por lo que siguen alargando la decisión amenazando antes con dejar de funcionar por los nuevos reglamentos y por las sanciones. 

UN EJEMPLO MÁS DE LA CRISIS DE LOS REPARTIDORES

En cualquier caso, la realidad de los trabajadores de estas plataformas parece que se sigue complicando. Los reclamos por el exceso de tiempo esperando, que termina traduciéndose muchas veces en tener que trabajar más de 8 horas al día en una bicicleta o en una moto, lo que además arriesga su seguridad. Se suma a esto la complicada realidad de conseguir los materiales necesarios para trabajar, desde las mochilas, que aquellos repartidores que alquilen una cuenta o varias no pueden solicitar a la empresa, pasando por el hecho de que muchos usuarios han conseguido hacer negocio vendiendo estos productos a través de plataformas como Wallapop.

Además, la cantidad de repartidores que no tienen papeles aprobados han puesto en alerta a la policía, y han hecho que varios repartidores usen mochilas de la empresa Just Eat, que ha contratado a su flota de repartidores, para evitar una detención que se puede traducir en una revisión de papeles y en una sanción. Al mismo tiempo, parece que al menos en el caso de Glovo, la empresa está preocupada por otros problemas.

LA MATRIZ DE GLOVO TEME POR EL FUTURO DE LA EMPRESA

En medio de esta crisis para los repartidores, Glovo tiene una todavía mayor, al menos según lo que señala Delivery Hero, la empresa alemana que adquirió el unicornio catalán en 2022. A pesar de los 400 millones de euros que aportaron para pagar sanciones económicas, han dejado claro que la Ley Rider en España, y el reglamento europeo de trabajo en plataformas, pueden ser suficientes para hacer que la continuidad de la empresa sea inviable.

En esa realidad los riders tienen un problema mayor. Si Glovo decide realmente dejar España, el castigo a estos repartidores indocumentados puede ser peor incluso que su compleja situación actual. De todos modos, la primera nueva dificultad es el verano, que se acerca un poco más cada día.