Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno, ha reconocido que no sabe cuáles serán las medidas que anunciará el presidente Pedro Sánchez en su intervención del Debate sobre el Estado de la Nación.
No obstante, se ha mostrado convencida de que resolverán esas discrepancias, pues es «evidente» que las hay sobre asuntos como la reforma fiscal y el gasto militar, dado que «no hay alternativa» al actual Ejecutivo.
Y para ello se requiere, a juicio de Díaz, «cuidar la coalición» y tener mecanismos para el debate «sereno» y toma de decisiones conjuntas sobre asuntos relevantes, no enterarse por la prensa de medidas como el crédito extraordinario de 1.000 millones de euros para el área de Defensa.
En declaraciones a TVE, recogidas por Europa Press, la también titular de Trabajo ha recalcado que el Debate sobre el Estado de la Nación llega en una coyuntura económica y social de «máxima preocupación» por la guerra de Ucrania, junto a una inflación a niveles «desconocidos» desde hace años.
HAY QUE DAR CERTEZAS ANTE EL «MALESTAR SOCIAL» QUE ES «REAL»
Por tanto, el reto de todas las formaciones es «estar a la altura de las circunstancias» y, singularmente en el caso del Gobierno, dar «seguridad» a los ciudadanos y dar «certezas», dado que existe un «malestar social» que es «real» porque la tendencia alcista de los precios golpea «fuerte» a las mayorías sociales del país.
En consecuencia, la vicepresidenta ha aconsejado que no es el momento de un debate de «principios ideológicos muy fuertes» sino de «hablarle a la ciudadanía», algo que debe hacer tanto el Ejecutivo como la oposición, dado que está esperando escuchar al PP qué medidas proponer más allá de «bajada general de impuestos» o su insistencia en pedir la convocatoria de elecciones.
Sobre la posición del jefe del Ejecutivo, Díaz ha explicado que han trabajado conjuntamente con el PSOE el «tono general» del debate», pero sin información de las medidas que avanzará Sánchez aunque en caso de conocerlas tampoco las desvelaría. Eso sí, espera que el presidente oriente su intervención en «hacer todo lo posible» para reducir la inflación en un país que ostenta masas salariales muy bajas. Por tanto, el debate debe ser sobre todo económico y «singularmente social», con propuestas y diálogo en lugar de «ruido».
LA REFORMA FISCAL ES CLAVE
En cuanto a la reunión que ha pedido con el ala socialista, ha subrayado que es «muy paciente», que tienen diferencias que abordar y que apuesta para ello con una «herramienta» de gran valor político: el diálogo.
También ha normalizado esas discrepancias porque se trata de la «primera coalición progresista de la historia» en el Ejecutivo estatal, donde los distintos partidos «no tienen que pensar igual» pero sí disponer de metodologías para exponer sus propias posiciones y lograr síntesis.
En este sentido, ha remarcado que la reforma fiscal es «fundamental» porque hay que determinar «cómo se sale» de esta crisis y «quién la paga», deslizando que el futuro impuesto extraordinario a las eléctricas no es suficiente y debe extenderse a las empresas cotizadas del IBEX. En este sentido, ha lanzado que Unidas Podemos aboga por su despliegue mientras que el PSOE dice por ahora «no» a esa reforma fiscal.
También ha desgranado que las futuras cuentas públicas de 2023 de un debate de máximo interés, que debe resolverse con «respeto y cuidado» y que no solo atañe a la reforma fiscal o al gasto militar. En este punto, ha destacado que siempre «busca salidas» para conseguir puntos intermedios y que también esa reflexión debe hacerse de forma general, implicando también a los grupos de la oposición.