El Holocausto: Ni les perdonaremos ni os olvidaremos

El 27 de enero se celebra el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, una fecha que busca no solo rendir homenaje a los cientos de personas que murieron en los campos de concentración nazi, sino también tomar medidas para ayudar a los más jóvenes a crear una lucha contra el odio.

Elie Wiesel escritor de lenguas francesa y yiddish (también conocida como judeo-alemán,​es un idioma perteneciente a las comunidades judías asquenazíes tanto del centro como del este europeo, y sus emigrantes y descendientes en Israel, el continente americano y otros lugares del mundo), de nacionalidad estadounidense, superviviente de los campos de concentración nazis, dedicó toda su vida a escribir y hablar sobre los horrores del Holocausto, con la firme intención de evitar que se repita en el mundo una barbarie similar “¿Cómo se llora a seis millones de muertos? ¿Cuántas velas se encienden? ¿Cuántas plegarias se oran? ¿Sabemos cómo recordar a las víctimas, su soledad, su impotencia? Nos dejaron sin dejar rastro, y nosotros somos ese rastro. Contamos estas historias porque sabemos que no escuchar ni desear saber lleva a la indiferencia, y la indiferencia nunca es una respuesta.”

La Asamblea General de la ONU decidió en 2005 declarar este día teniendo en cuenta que fue el 27 de enero de 1945 cuando las tropas soviéticas liberaron el campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau.

Seis millones de hombres, mujeres y niños judíos perecieron en el Holocausto. Y este lamentable no solo afectó a los países donde se cometieron crímenes nazis sino también en otros muchos lugares del mundo, donde muchas personas también perdieron la vida. Cuando llegaron los aliados, solo encontraron 7.000 sobrevivientes famélicos, y muy enfermos. Unos días antes, 37.000 seres humanos, habían sido enviados a una marcha de la muerte. Tenía un gran cartel de entrada que decía “el trabajo libera” para engañar a las víctimas.

Entre todos los personajes terroríficos que deambulaban por los campos de concentración destaca el del médico Josef Mengele obsesionado por mejorar la raza aria, realizó crueles y espantosos experimentos en su laboratorio del campo de exterminio de Auschwitz, hizo sus peores experimentos con mujeres, y las cámaras de gas y los hornos crematorios funcionaban sin cesar. Su principal problema era cómo deshacerse de los cadáveres. Su frialdad y falta de compasión le valieron el sobrenombre de El Ángel de la Muerte. Pero este criminal nazi nunca pagó por sus crímenes. Tras lograr escapar de quienes le buscaban para juzgarle, Mengele pasaría el resto de su vida oculto en Argentina y Brasil.

Los nazis se proponían conquistar el mundo. La canción nazi decía “Hoy Alemania es nuestra, mañana el mundo entero”. ¿Por qué el Holocausto es único? Según el gran historiador Yehuda Bauer, “porque Hitler quería masacrar a los 17 millones de judíos por un solo crimen: tener sangre judía. Racionalizó la matanza, inventando con ayuda de la ciencia alemana que eran una subraza, y que estaban conspirando”.

“También se propuso suprimir los gitanos, los discapacitados, y los homosexuales. La maquinaria de muerte que montó tenía como pilar a los campos de concentración. Allí las víctimas eran totalmente humilladas y convertidas en números para deshumanizarlas. Sin embargo, los deshumanizados fueron los nazis mismos “decía Bauer. Relata una historia real. Un oficial de la SS dice a una madre judía, “tengo un ojo de vidrio, adivina cual es y te dejo ir, sino te mato. Lo identifica de inmediato. ¿Como hiciste? Me di cuenta porque luce más humano que el otro”.

En realidad ¿por qué lo hizo? Los judíos no eran ningún peligro militar. El historiador León Poliakov, dice que, en enero 1942, Hitler percibió que la guerra podía ser prolongada. Necesitaba que los alemanes no desertaran. Concibió “la solución final” un crimen único, la matanza de todo un pueblo, un genocidio, en el que todos se ensuciaran con sangre, y no pudieran retroceder. De los seis millones de civiles judíos asesinados, un millón y medio fueron niños. Les dio prioridad en el aniquilamiento porque mañana podían ser testigos.

El Papa Francisco, advirtió “Tenemos que practicar una vigilancia extrema porque esto puede volver a pasar”. A 76 años de Auschwitz, se necesita como pide el Papa Francisco, no subestimar las nuevas formas del nazismo, combatirlas frontalmente, dar la pelea para erradicarlas de los espacios virtuales y educar intensivamente para la tolerancia, la diversidad, y un mundo fraterno.

Hoy, en una humanidad azotada por la pandemia, la pobreza, las grandes desigualdades, con multitudes desesperadas, se está expandiendo la xenofobia, el racismo, el antisemitismo, el odio al inmigrante, para ganar a las masas. Entre sus armas favoritas está la negación misma del Holocausto, la evocación de héroes nazis, la reivindicación de sus ideologías.

Partidos o fuerzas políticas neonazis crecen en diversos países como Hungría, Grecia, la misma Alemania, Inglaterra, Francia, Italia, Rusia y otros. Según un informe gubernamental alemán “los neonazis están bien conectados, se visitan, se encuentran, celebran juntos”. The New York Times habla de una trasnacional neonazi. En el 2020 hubo 25 millones de mensajes antisemitas en internet.

Por otro lado, más del 40% de los polacos y los húngaros afirman en las encuestas “que los judíos controlan las finanzas y las empresas”. En USA hubo en los últimos dos años la mayor cifra de incidentes antisemitas en 40 años. En la invasión al Congreso, algunos carteles decían “seis millones no fueron suficientes”.

Memoria, dignidad y justicia es el lema de las Naciones Unidas para la Conmemoración del Holocausto en 2022. La idea es recordar y escribir la historia para aportar dignidad y justicia a quienes vivieron aquella barbarie y a quiénes murieron.

Se buscan acciones conmemorativas y educativas que pretenden centrarse en destacar las acciones emprendidas por los supervivientes en los años posteriores a la devastación, para así reclamar sus derechos, su patrimonio cultural y su historia, además de su dignidad.

Holocausto

Cada año, tenemos la obligación de rendir tributo a la memoria de las víctimas del Holocausto y ratificar el compromiso de luchar contra el antisemitismo, el racismo y toda otra forma de intolerancia que pueda conducir a actos violentos contra determinados grupos humanos. Por eso es clave que esa fecha “Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto”, jamás se borre del calendario.

Siete decenios después de los hechos, los Estados Miembros comparten la responsabilidad colectiva de abordar los traumas remanentes, mantener medidas que permitan una conmemoración eficaz, cuidar de los lugares históricos y promover la educación, la documentación y la investigación. Esta responsabilidad obliga a educar sobre las causas, las consecuencias y la dinámica de tales delitos, así como a fortalecer la resiliencia de los jóvenes contra las ideologías de odio. Los genocidios y otros crímenes atroces siguen ocurriendo en varias regiones del mundo, y paralelamente se produce un aumento mundial del antisemitismo y de los discursos de odio, y esto es un hecho.

Holocausto

Decía Anna Frank “Llegará el día en que termine esta horrible guerra y volveremos a ser personas como los demás, y no solamente judíos.”

Ana y todas las personas que murieron en ese triste episodio de la historia, siguen 76 años después reclamando dignidad y justicia. La humanidad debe recordarlos y debería tener con ellos una deuda permanente de respeto y estimar que sus muertes no fueron en vano. Ojalá que, con el tiempo, aunque sea simbólicamente, por fin su descanso sea eterno y en paz.